Cristóbal Montoro está bastante indignado con las Comunidades Autónomas porque todas han disparado su deuda. El titular de Hacienda preparó el plan de proveedores para limpiar a las comunidades autónomas de deuda comercial. Sin embargo, ya empieza a tener serias referencias de que las autonomías vuelven a retrasarse con los pagos a proveedores.
Y para colmo la deuda financiera, que incluye emisiones de bonos y préstamos bancarios, está aumentando peligrosamente y por tanto aflorando más déficit.
Los datos del Banco de España del primer trimestre, que son los mismos que luego se envían a la UE, revelan que todas las comunidades han elevado su endeudamiento financiero. Hecho que confirman las estadísticas de Funcas, actualizadas hasta junio aunque calculadas de una forma ligeramente distinta.
Por eso, Montoro se mostró tan serio e incluso enfadado durante su reunión con los consejeros autonómicos el pasado jueves en el Consejo de Política Fiscal y Financiera.
El consejero catalán, Andreu Mascolell, protestó por el autoritarismo de Montoro a la salida de la reunión, justo lo que ayer se tradujo en la retirada del apoyo de Artur Mas al Gobierno.
Al menos ocho comunidades han sido convocadas a reuniones bilaterales con Montoro para revisar sus planes de ajuste y retocarlos con el fin de evitar que se inicien unos procesos de intervención que pueden demorarse hasta nueve meses, pues primero hay que advertirlas, tres meses más tarde se impone un depósito, otro trimestre después se multan y, finalmente, el Gobierno entraría en las cuentas.
Todos los consejeros autonómicos de Hacienda pidieron en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que las comunidades pudiesen participar del punto extra de relajación del déficit concedido por Bruselas. Pero Montoro se ha negado.
Y varios de ellos confesaron en privado que no se podrían ajustar si no se hacía una reforma profunda del Estado.
Además, los analistas prevén que el recién ultimado fondo de ayuda a las comunidades, dotado de 18.000 millones, podría quedarse corto. Por un lado, las autonomías tienen vencimientos durante la segunda mitad del año por valor de 15.000 millones, a los que habría que sumar las refinanciaciones retrasadas. Además, habrá que financiar los 15.000 millones de déficit nuevo del 2012.
Cataluña y Valencia son las regiones con mayores problemas de endeudamiento financiero, con una ratio de deuda respecto al PIB superior al 20 por ciento y cifras totales en el entorno de los 40.000 y 20.000 millones de euros, respectivamente.