Alberto Moreno de Lucas, el exempleado de Telefónica que fue condenado por haber sustraído los datos de las llamadas efectuadas durante el conocido como Tamayazo y haberlas filtrado a la prensa a través de terceras personas, ha interpuesto querella contra los jueces que le sentenciaron (la querella todavía no ha sido admitida a trámite).
La querella se ha presentado ante la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo, y está dirigida contra magistrados de la Audiencia Provincial de Madrid, Sección 29 de lo Penal, y contra el juez titular del Juzgado de lo Penal número 22 de Madrid.
El procedimiento contra Moreno se inició en el año 2003 a raíz de la publicación de diversas informaciones sobre presuntas comunicaciones telefónicas entre políticos y empresarios relacionados con los hechos que derivaron en el Tamayazo.
"Lo que quiero es que se haga justicia, durante 15 años me lo han hecho pasar fatal tanto a mí como a mi familia", dice Alberto Moreno
El 10 de junio de 2003 los entonces parlamentarios del PSOE, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, se ausentaron de la votación para nombrar presidente de la cámara regional, impidiendo así una alianza entre PSOE e IU que hubiera supuesto la designación de Rafael Simancas como presidente de la Comunidad de Madrid. El 26 de octubre de 2003 se celebraron nuevas elecciones, que ganó por mayoría absoluta el PP, convirtiéndose Esperanza Aguirre en presidenta de la Comunidad de Madrid.
Alberto Moreno, que entonces trabajaba como operador en Telefónica, fue imputado como presunto autor de un delito de revelación de secretos. El 17 de mayo de 2016, el Juzgado de lo Penal número 22 de Madrid dictó sentencia condenando a Moreno a la pena privativa de libertad de seis meses y al pago de las costas, sin que se produjera pronunciamiento en esa condena respecto a la responsabilidad civil.
Aquella sentencia fue objeto de recurso de apelación por parte del extrabajador de Telefónica. Y el resultado fue aun peor. El 29 de septiembre de 2017, la Audiencia Provincial no sólo desestimó el recurso, sino que, estimando parcialmente los presentados por el resto de afectados, declaró la responsabilidad civil de Alberto Moreno para indemnizar a Ricardo Romero Tejada, el abogado Esteban Verdes y la empresa de construcción Euroholding "en la cantidad que en ejecución de sentencia se determine por los perjuicios económicos sufridos (…)".
La defensa de Moreno destaca que durante el juicio se ha dado por sentado una relación de amistad inexistente entre su cliente y un detective
Ahora Moreno acusa a los jueces que le han condenado de prevaricación. Y lo hace en base a, entre otros puntos, la falta de demostración de relación alguna entre él mismo y un detective que, supuestamente, habría sido contratado para hacerse con el listado de llamadas efectuadas por determinadas personas durante el Tamayazo, y que posteriormente habría entregado a varios medios de información.
La querella destaca que dicho detective no ha sido imputado. La representación legal de Alberto Moreno expone que, con la finalidad de dotar de verosimilitud al delito de revelación de secretos, se da por sentada una relación de amistad entre el acusado y el detective mencionado. Y subraya que ese detective ya declaró en fase de instrucción el 23 de noviembre de 2004 manifestando que no conocía a Alberto Moreno.
Además advierte que las claves que habría empleado Alberto Moreno para sustraer ese listado de llamadas, eran públicas en el departamento de Telefónica donde este trabajaba, al estar escritas en notas pegadas a la vista de todos, por lo que cualquiera podría haberlo hecho.
A pesar de que, finalmente, el Juzgado número 28 de Ejecuciones ha suspendido la responsabilidad civil a la que fue condenado Alberto Moreno, y que también se ha suspendido la ejecución de la condena de privación de libertad por seis meses, este se ha revuelto ahora contra los jueces.
"Lo que quiero es que se haga justicia, me han hecho culpable de algo que no he hecho, nadie ha investigado nada, durante 15 años tanto yo como mi familia lo hemos pasado fatal", asegura. "Mi madre sufrió una aneurisma, y lo primero que hizo al despertar fue preguntar por mi caso", recuerda.