La fusión de Caixabank y Bankia comienza a tomar forma y su estructura ejecutiva apunta ya a un acuerdo. El consejo de la entidad resultante de la unión de ambas corporaciones contará con un con un total de 15 consejero, seis de los cuales serán independientes y, entre los otros nueve, al menos uno será designado por el FROB (Fondo de Reestructuración).
Tanto el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, y el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, contarán con un asiento en el consejo y se repartirán los siete restantes: cinco corresponderán a los accionistas de la entidad catalana, controlada por la Fundación Bancaria la Caixa, y dos a los de la nacionalizada, según avanza este martes 'El Confidencial'.
Uno de esos dos consejeros que corresponden a Bankia será elegido por el FROB, que regresa así al consejo de BFA-Bankia. Y todo apunta a que Gortázar será el CEO responsable del negocio y Goirigolzarri un presidente ejecutivo supervisor —'controller'—. Entre las áreas que suelen recaer en este tipo de presidencias, están la secretaría general, auditoría interna, cumplimiento y riesgos. Otra de las áreas que recaerán sobre Goirigolzarri será comunicación, según 'El País'.
La estructura de gobierno de la entidad fusionada será semejante a la que en la actualidad tiene Caixabank, con un 40% de independientes, un 46% de dominicales y un 14% de ejecutivos. Según apunta 'El Confidencial', el peso de los independientes será menor que en el resto de los bancos españoles del Ibex: Bankia tenía hasta ahora un 66%, seguido de Santander (60%), Bankinter (58%), BBVA (53%), Sabadell (53%) y CaixaBank (44%). Es decir, un 50% mínimo.
Si bien la mayoría de entidades cuenta al menos con la mitad de consejeros independientes aferrándose al Código de Buen Gobierno de la CNMV, este no es estricto: "El parecer de la Comisión es, en efecto, que la relación entre los consejeros independientes y los dominicales debe establecerse teniendo en cuenta la existente en el accionariado de la sociedad entre el capital flotante (en manos de inversores ordinarios) y el capital estable (en manos de accionistas significativos). No se trata obviamente de una regla matemática, sino de una regla prudencial, cuyo objetivo es asegurar que los consejeros independientes tengan un peso suficiente en la formación del criterio del consejo".
Así, el 46% de dominicales se corresponde al peso que tendrían en el capital la Fundación Bancaria la Caixa, con un 30%, y el FROB, con un 15-16%. Mientras, confían en que el 40% de independientes sea suficiente para proteger el interés de los pequeños accionistas.