El Corte Inglés vuelve a colgar el cartel de ‘se vende’. Tras desprenderse de su filial informática y reactivar la venta de sus activos inmobiliarios, el grupo que preside Marta Álvarez ha encargado a BBVA que coordine la venta de KIO Networks España, compañía especializada en servicios de infraestructura y procesamiento de datos en la nube, según fuentes consultadas por Vozpópuli.
Esta compañía, con sede en Murcia, está participada al 50% por El Corte Inglés mientras que la otra mitad está en manos de la mexicana KIO Networks, un gigante tecnológico que cuenta con alrededor de cuarenta centros de datos distribuidos entre América y España. Su dueña, la empresaria María Asunción Aramburuzabala, es una de las grandes fortunas de México y hace unos años estuvo a punto de comprar la filial de informática IECISA por alrededor de 400 millones. Finalmente, las negociaciones no llegaron a buen puerto y fue el francés Gfi quien terminó adquiriendo la filial.
No obstante, ese deal dejó fuera la joint venture entre KIO y El Corte Inglés, compañía de la que ahora se quiere desprender el grupo. Según las últimas cuentas disponibles en el Registro Mercantil, correspondientes al año 2019, KIO Networks España declara una facturación de diez millones de euros y un beneficio de casi dos millones.
La desinversión de este centro forma parte de la política de ventas que el El Corte Inglés mantiene desde hace años para deshacerse de activos no estratégicos y ganar liquidez, todo ello en un momento de gran transformación para el sector retail. Esta estrategia ha incluido la desinversión de activos como IECISA y la venta (aún inconclusa) de su ingente 'portfolio' inmobiliario, operación coordinada por PwC. Al mismo tiempo, la compañía ha puesto en marcha iniciativas como una nueva aplicación para plantar cara a Amazon que permitirá recibir compras en un plazo de dos horas. También ha abierto una nueva vía de negocio con la compra de Mega 2, una empresa de seguridad.
El coronavirus golpea las cuentas
Al igual que el resto de compañías del sector, El Corte Inglés ha sufrido en sus carnes los efectos de la crisis del coronavirus. La compañía presentó en marzo un ERTE para 26.000 trabajadores y ha declarado unas pérdidas de 510 millones entre marzo y mayo, según los últimos datos disponibles. De esa cifra, casi 390 millones se corresponden con provisiones de la compañía para afrontar la crisis sanitaria. La facturación fue de 1.672 millones, un 50% menos.
Para garantizar la liquidez, la compañía logró firmar un crédito anticovid valorado en 1.341 millones con aval del Instituto de Crédito Oficial (ICO), si bien tuvo que renegociarlo poco después para ampliar los plazos de amortización en vista del avance de la pandemia. A este respecto, cabe señalar un reciente informe de Moody’s en el que se estima que El Corte Inglés no recuperará la normalidad ‘pre-covid’ hasta 2022.
De forma paralela, el grupo ha hecho una emisión de bonos valorada en 600 millones (en principio iban a ser 400) con un tipo de interés del 3,625% y que contó con el respaldo del Banco Central Europeo (BCE). Actualmente, la deuda de la compañía supera los 3.000 millones de euros.