Economía

Los cinco retos que debe afrontar El Corte Inglés pasa salir a Bolsa

El gigante de la distribución necesita un gran lavado de cara a nivel interno si quiere convertirse en una compañía cotizada

  • Edificio de El Corte Inglés, en la plaza de Cataluña.

El Corte Inglés busca soluciones al conflicto familiar que vive su accionariado. Y la salida a Bolsa es una alternativa. Una iniciativa que lidera el inversor qatarí Al Thani junto al presidente Dimas Gimeno. Ambos pusieron esta propuesta encima de la mesa este miércoles por primera vez de manera formal en el Consejo de Administración. Una senda que supondría un verdadero reto para la compañía, ya que debería realizar una reforma estructural interna para cumplir con las exigencias del mercado.

Para ello, según fuentes cercanas al Consejo, el jeque habría reclamado la creación de una comisión para estudiar la salida a Bolsa. En este sentido, Valentín Navarro, director del Máster de Bolsas y Mercados Financieros Españoles de la Universidad de Valencia, apunta que “lo primero que debe aclarar una compañía son los motivos por los que quiere convertirse en una empresa cotizada, unos objetivos que pueden ir desde reordenar su accionariado hasta conseguir financiación por esta vía en vez de acudir a entidades financieras”.

Ambas opciones cuadran con las necesidades de El Corte Inglés. Por un lado, la guerra familiar que vive el accionariado es el causante de la inestabilidad actual de la compañía. La compleja estructura se compone de Cartera de Valores IASA, dueña de un 22% de la firma de grandes almacenes, está controlada por las hermanas Marta y Cristina Álvarez, poseen un 69% de Isidoro Álvarez SA, y donde Dimas Gimeno cuenta con un 3%, mientras que su madre María Antonia Álvarez y su tío César, apenas poseen un 2% cada uno.

La compañía buscaría en el parqué una reestructuración de su accionariado y otra vía de financiación para aliviar su deuda

En su accionariado también destaca Cartera de Mancor, con el 9% de la compañía, y el jeque Al Thani, que en julio poseerá el 10% del capital que podría ampliar hasta el 14% tras su acuerdo alcanzado. Una estructura que deberá simplificar de forma adecuada para la oferta de las acciones, de forma que el tamaño resulte atractivo y la liquidez de las acciones suficiente una vez El Corte Inglés esté en Bolsa.

En segundo lugar, la compañía cuenta con un elevado apalancamiento. Y los bancos no le pierden de vista. El gigante de la distribución cuenta con una deuda que se eleva hasta los 3.650 millones de euros y con la se encuentra inmersa en un proceso de refinanciación. De ahí que una de las prioridades de la empresa esté siendo reducir la carga financiera. No obstante, para lograr estos dos objetivos en su salida a Bolsa, El Corte Inglés se tendrá que adaptar a las reglas del juego que impone el mercado. Un escenario que le genera cinco importantes retos para su actual estructura.

1. Lograr un buen ‘equity story’. Los expertos de PwC afirman que una de las primeras labores de preparación para salir a cotizar es empezar a considerar cómo presentar la compañía para posicionarla frente a potenciales inversores y cómo argumentar su historia de éxito o ‘equity story’ de manera que evidencie sus factores diferenciales, y el por qué El Corte Inglés puede resultar interesante para el inversor.

2. Cambios en el Gobierno Corporativo. El Corte Inglés debe adaptar los órganos de gobierno corporativo deben estar en funcionamiento según los estándares de mercado, ya que desde el mercado apuntan que "es clave que los intereses de los inversores minoritarios se defiendan de manera adecuada y las responsabilidades del consejo de administración estén claramente definidas". Un escenario que, en estos momentos, brilla por su ausencia. 

La compañía española de distribución deberá ajustar sus estatutos de la junta, el consejo de administración y las diferentes comisiones. En la actualidad, El Corte Inglés sólo cuenta con la comisión de auditoría y, según apuntan los expertos de Garrigues, para adaptarse a las normativas de buen gobierno habría que incorporar otras comisiones como la de nombramientos y retribuciones. 

3. Transparencia financiera. En estos momentos, El Corte Inglés presenta sus cuentas de manera anual y, según apuntan fuentes del mercado, con "cierta opacidad". Estar en el mercado exigirá a la compañía presentar sus resultados de manera trimestral y anual. "Con esta transparencia, los inversores podrán comparar sus cifras con sus pares y podrán poner en verdadero valor el estado de la compañía", afirman los analistas. 

"La necesidad de este tipo de información se pone de manifiesto en el proceso de acceso al mercado y en el proceso de permanencia, cuando es necesario reportar periódicamente y dentro de unos plazos establecidos, tanto al mercado como a los reguladores", aseguran los expertos de PwC. Pero no solo la información financiera,  los organismos reguladores exigirán a El Corte Inglés comunicar al mercado cualquier tipo de información que pueda ser relevante.

4. Reestructuración. La salida a Bolsa también castiga los activos ineficientes. Los analistas consideran que El Corte Inglés podría realizar una remodelación de su red de tiendas y una reestructuración de la plantilla en pro de las exigencias del mercado. "Los ratios de eficiencia ahora serán compararados continuamente con el del resto de competidores del sector", insisten los expertos. 

Una operación que consistiría en realizar un análisis profundo de los recursos humanos de la compañía. "La organización también debería realizar una evaluación de las capacidades y experiencia del equipo directivo existente así como considerar los planes de remuneración a largo plazo para asegurar la continuidad del equipo gestor", añade PwC. 

El Corte Inglés podría realizar una remodelación de su red de tiendas y una reestructuración de la plantilla en por las exigencias de eficiencia del mercado

5. Nuevos miembros de 'la familia'. Pese a la división existente, El Corte Inglés es una empresa familiar controlada por los Álvarez y cotizar implicaría "abrir su gestión a agentes externos cuya contribución es clave antes, durante y después de la salida a bolsa", afirman los analistas. El salto bursátil demanda la entrada en la compañía de nuevos agentes como despachos de abogados, auditores o bancos de inversión.

Otra cuestión a tratar es qué porcentaje de la compañía entregan al mercado. Salvo excepciones y como recuerdan desde Garrigues, el organismo regulador exige al menos el 25% de la acciones repartidas entre el público ('free float') y la compañía debe decidir que cantidad de su accionariado quiere compartir con los inversores.

Malos tiempos para el sector en bolsa

Pero la compañía que preside deberá reflexionar sobre el momento del mercado. Los analistas en este sentido coinciden: “El sector de la distribución está sufriendo en bolsa”. Así lo reflejan las principales compañías europeas del sector que están en el parqué como es el caso de Marks & Spencer, Carrefour o FnacDarty, que se dejan cerca de un 10% en este 2018.

Aunque los expertos son más negativos aún en este sentido con El Corte Inglés, ya que consideran que “su modelo está aún más obsoleto y los inversores castigan con fuerza aquellos modelos que no estén preparados para la inminente transformación tecnológica que está viviendo la distribución”, destacan.

Por lo tanto, precipitarse en este sentido le puede salir muy caro. “Las empresas salen a cotizar en buenos momentos bursátiles y para apoyarse en una coyuntura positiva, sino su estreno en el parqué puede ser un castigo. Ahora mismo no es un buen momento para ningún sector por los riesgos políticos”, afirma el profesor Valentín Navarro. Un contexto que, junto con la contienda interna que vive la compañía, provocará que El Corte Inglés no afronte este importante reto de dar el salto a Bolsa hasta, como mínimo, dentro de dos años.

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