El portavoz de Hacienda de Ciudadanos, Francisco De la Torre, ha cargado contra el nuevo impuesto al diésel en el que trabaja el Gobierno.
En un artículo de opinión publicado este viernes en el diario digital 'El Confidencial', y recogido por Europa Press, señala que este impuesto sí que afectará a la clase media y trabajadora, algo que desde el Ejecutivo rechazan a la hora de referirse a las subidas de impuestos, y después pone en duda su eficacia, puesto que cree que "nadie cambia de coche porque suban unos céntimos el litro de combustible".
Así, sostiene que el efecto ecológico "será inapreciable". "Lo que se conseguirá será una mayor recaudación, eso sí indiscriminada y además regresiva, no procedente precisamente de los ciudadanos más pudientes", apostilla.
Además, De la Torre recuerda al Gobierno que no podría incluir esta tasa como nuevo impuesto en la ley de Presupuestos Generales del Estado de 2019, tal y como llegó a anunciar la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto.
"La ley de Presupuestos no puede crear nuevos impuestos, por prohibición constitucional contenida en el artículo 134 de nuestra Carta Magna", asevera, aunque añade que, "en cualquier caso, tampoco está claro que este Gobierno socialista, que no ha sido capaz ni de aprobar el techo de gasto en el Congreso (esto no había pasado nunca), consiga aprobar los Presupuestos".
El plan de Sociedades reducirá la recaudación
De la Torre ha advertido asimismo de que el suelo de tributación mínima del 15% en el Impuesto de Sociedades que quiere impulsar el Gobierno de Pedro Sánchez corre el riesgo de acabar recaudando aún menos de lo que se recauda actualmente, a no ser que fuerce una tributación de beneficios ya rendidos en otros países, lo que vulneraría convenios internacionales de doble imposición.
Y es que, tal y como señala su portavoz naranja de Hacienda en el Congreso los grandes grupos consolidados rindieron en 2016 sus beneficios al 19,01% sobre la base imponible.
Sin embargo, esta tributación del 19% no se produce respecto a su resultado contable, que hace dos años cerró con un récord de la serie histórica, hasta los 111.788 millones de euros, según el 'Informe anual de recaudación de 2016', que recoge los últimos datos disponibles al respecto.
De todos sus beneficios solo pagaron el 6%
Así, la diferencia fundamental entre este resultado contable y la base imponible, apunta De la Torre, son ingresos de dividendos y plusvalías exentas, casi todas ellas del exterior. De los 111.788 millones de euros de beneficios, 86.303 millones estuvieron exentos por doble imposición, un 77,2%. Finalmente, los grandes grupos consolidados acabaron aportando 6.892 millones, una tasa efectiva del 6,14%.
Extrapolando estos porcentajes, el diputado de la formación naranja, que fue portavoz de la Organización de Inspectores de Hacienda (IHE), explica que si una gran empresa gana 100 millones, debería pagar 25 millones en caso de aplicársele el tipo general de Sociedades.
Sin embargo, si 77 millones son dividendos de filiales en el exterior, únicamente pagaría el 25% de 23 millones: 5,75 millones. Una cantidad que en un caso habitual de una gran empresa, gracias a deducciones, bonificaciones y otros beneficios fiscales, habría pagado el 19% de esa cuantía, esto es, 4,37 millones.
Un sistema, pues, que obliga al Gobierno a exigir la tributación sobre dividendos en el exterior, beneficios que ya se han rendido en otro país si no se quiere acabar recaudando una cantidad mínima y que el 15% de tributación mínima deje unos ingresos inferiores a los actuales.
¿Va el Gobierno a saltarse el centenar de tratados?
¿Qué consecuencias tendría esto? De la Torre detecta "tres gravísimos problemas", comenzando por la vulneración del centenar de convenios suscritos por España para evitar la doble imposición, y que establecen que estos beneficios no deben pagar dos veces, la razón por la cual están exentos. "España no puede incumplir unilateralmente estos convenios que priman sobre la ley interna", concluye el diputado.
Por otro lado, también apunta a que algunas grandes empresas ya han señalado que, si esto se aprueba, se replantearían mantener su sede en España. "En algún caso como el del Banco Santander, hasta lo han dejado caer en público", apostilla.
Por último, apunta a una posible maniobra de ingeniería fiscal, que llevaría a las grandes empresas a no traerse los dividendos del exterior. "Y si necesitan tesorería, por ejemplo, para pagar dividendos, simplemente pedir un préstamo. Esto es lo que en su día hizo Apple para pagar el dividendo más elevado de la historia", explica.
Por todo ello, De la Torre cree que con este sistema "se crearán inifinitas distorsiones que perjudican el crecimiento económico, al drenar la liquidez a la economía, pero apenas se recaudará". "Del efecto brutal en la inversión que se deriva de un atentado a la seguridad jurídica de este calibre casi mejor ni hablamos", subraya.