A la lista de querellas contra el hombre que quiere hacer de España la capital del juego europeo hay que añadir un nuevo y singular nombre. Se trata del taiwanés Shi Sheng, otro extravagante empresario que también se hace llamar Marshall Hao. Sheng –o Hao- acusa a Sheldon G. Adelson y a su empresa, Las Vegas Sands, de incumplir la parte del contrato que ambos firmaron en 2001 sobre una licencia para construir casinos en Macao (China), permiso que Sheng y Adelson recibieron poco después, en febrero de 2002.
Lo que pide el taiwanés, 375 millones de dólares (287 millones de euros), parecería una barbaridad si no fuera porque su ex socio posee la 16º fortuna del mundo según Forbes: 21.600 millones de dólares. “Mr Hao”, señaló ayer a The New York Times el portavoz de Asian American Entertairment, la empresa de Sheng, “está profundamente en desacuerdo con cómo Las Vegas Sands ha roto el acuerdo en Macao. Estamos dispuestos a luchar por los derechos de Asian American con todo lo que esté en nuestras manos”.
Al parecer, los dos businessmen consiguieron la licencia para erigir casinos en 2002 gracias a que acudieron asociados en una compañía matriz, Galaxy Entertainment. Fue la entrada del norteamericano en Asia, fuente principal de sus negocios. Pero el maridaje terminó el año pasado con la disolución de Galaxy por decisión de Adelson, según Asian American.
Avalancha de litigios
El litigio de Sheng no debería importunar demasiado a Adelson: para el hombre por el que las Ejecutivos de Madrid y Cataluña suspiran es solo una de tantas contiendas. Este diario ya publicó que Las Vegas Sands acumula una avalancha de denuncias procedentes de la comisión de supervisión bursátil de los Estados Unidos (SEC o Securities and Exchange Comission), el Departamento de Justicia del país y la comisión del mercado de valores de Hong Kong (SEHK), por citar algunos. Las acusaciones también son variopintas: no facilitar documentación, falseamiento de cuentas…
Curiosamente, la demanda se produce en Macao, auténtico pulmón económico de Las Vegas Sands. La ex colonia portuguesa no solo es la nueva capital mundial del juego, por encima de Las Vegas; para el magnate norteamericano de origen lituano Macao supone el 90% de sus ingresos.
La ciudad portuaria también fue su salvación: en 2008, Adelson era el tercer estadounidense más rico, a tiro de piedra de Bill Gates. Pero la crisis arrambló también con los juegos de azar, cebándose sobre todo con la ciudad de Las Vegas. Adelson rozó la bancarrota, pero poco a poco sus negocios han ido prosperando en Macao, lo que le ha devuelto a la lista Forbes. Ahora quiere ser más rico a costa de algún inmenso solaz de Madrid o Barcelona.