Allá por el año 1978 aterrizó en España la primera tienda de Ikea, en Gran Canaria. Desde entonces, la empresa sueca, que en su momento revolucionó el mercado del hogar, no ha parado de crecer y ya está presente en casi todos los hogares españoles. Ahora, tras muchos años liderando el sector de la venta minorista de muebles y objetos del hogar, se ha lanzado a un nuevo negocio: el de las subastas. El gigante escandinavo ha apostado desde hace unos meses por la venta de sus propios productos usados, para fomentar "la economía circular".
"Se trata de iniciativas locales que se celebran bajo un mismo paraguas: promover nuestros servicios de circularidad, esto es, de segunda vida de nuestros muebles y productos", cuentan desde Ikea a Vozpópuli. La idea surgió hace tiempo, pero al tratarse de proyectos puramente locales hasta ahora no se había hecho muy conocida. "En las webs y cuentas de redes sociales locales de cada tienda se publican diferentes eventos, donde cada participante se apunta para poder acceder y participar en el día fijado", apuntan.
"Es una iniciativa que surgió en algunas de nuestras tiendas y este pasado mes de noviembre, como parte de Green Friday, decidimos que se organizara de forma simultánea en 16 tiendas. En total, se podía acceder a más de 1.000 artículos con un precio reducido al 90%", explican esas mismas fuentes.
Según ha podido saber este periódico, se trata de artículos descatalogados, que ya han sido expuestos, con alguna tara, que proceden de devoluciones de clientes o que han sido comprados por IKEA a otros clientes en nuestro servicio de compraventa de muebles de segunda mano.
Estas pujas, en las que no hay 'ni trampa ni cartón', "operan al alza": empiezan con el menor precio posible (un -90%) y van subiendo dependiendo de las apuestas de los compradores, siempre sin sobrepasar el precio máximo, que en este caso es el Precio de Venta al Público (PVP) del artículo nuevo.
Ikea apuesta por la segunda vida de sus muebles
El gigante de los muebles tiene muy claros los 'por qué' de estas subastas. "Nuestro objetivo fundamental es dar a conocer nuestro Mercado Circular y promover entre los clientes nuevos hábitos de consumo, que pasan por dar una segunda vida a nuestros productos. También es una manera de generar una experiencia distinta en la tienda y atraer a nuestros clientes a visitarla", explican a este periódico desde el departamento de Marketing de Ikea.
Aunque el dinero es lo que mueve a las empresas, en Ikea no buscan tanto un beneficio económico como implantar una nueva forma de consumir y generar cambios en los hábitos de consumo. "Según nuestros estudios, el 90% de las personas, afirman que les gustaría ser sostenibles, pero un 37% no saben cómo, así que este tipo de iniciativas también pretenden inspirar a nuestros clientes a llevar una vida más sostenible".
"Además, según un estudio de Kantar, el 43% de los españoles consideran comprar productos de segunda mano, por lo que creemos que es un buen negocio ser un buen negocio", se enorgullecen desde Ikea. En cualquier caso, estas pujas generan para la empresa un pico de más de 2 millones de productos. "Y como bonus track hay que añadir que para el consumidor, más allá de poder llevarse muebles a precios muy bajos, se trata de toda una experiencia completa", agregan.
No es esta iniciativa de las subastas la única de Ikea para promover que los clientes den una segunda vida a los muebles: por un lado, cuentan con un 'Mercado Circular' online activo durante todo el año donde los clientes de IKEA pueden comprar en tienda productos de segunda mano, que ya estén descatalogados o que hayan estado en exposición. Por otro lado, está el servicio de compra-venta de muebles, mediante el cual los clientes pueden tasar los productos y venderlos a IKEA que, a su vez, los volverá a vender en el Mercado Circular.
Gala
IKEA la maravillosa, la intocable, IKEA donde nos regalan todo. Estos señores son protagonistas del desprecio que sienten por los compradores. Antes de la bobada del comercio circular todos los muebles que resultaban heridos en las batallas de las tiendas, los vendía a precios exuberantes, su precio alcanzaba casi a los de nueva producción. Mi pariente y yo nos preguntábamos si este sueco IKEA sería capaz de vender a los británicos o a los franceses semejantes trastos. Hala, hala, vayamos todos en procesión al comercio usado o de segunda mano, circular dicen ahora, y que a los dos días nos quedaremos con la boca abierta ante el destrozo que hemos comprado. Yo no acabo de entender a todos estos capitalistas del comercio. Buscan vueltas y revueltas para ganar más dinero cuando la solución es bien fácil: bajen sus precios, ajusten los porcentajes de ganancia y si quieren jugar a la yenka envíen los muebles a Africa o Haití , territorios que agradecerían poder sentarse en una silla o tumbarse al raso en un colchón confortable. El día menos pensado con estos circulares nos proponen comprar compresas usadas porque lo dice la Union Europea. El último gili lo ha propuesto porque para la tierra dice, son magníficas. La cultura barriobajera en alza.