Desde que comenzó la pandemia de la covid-19, la empresa danesa de transporte DSV ha ingresado alrededor de 28 millones de euros con la adjudicación de cuatro contratos del Ministerio de Sanidad, a través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA), para traer material sanitario a España desde el continente asiático por avión, carretera o tren.
Sanidad le otorgó el último contrato -mediante procedimiento de emergencia y negociado sin publicidad- el pasado mes de junio, por valor de 1,9 millones de euros, según consta en el Portal de Contratación del Estado y en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Este consiste en el servicio de dos vuelos chárter entre Zhengzhou (China) y Madrid.
"Las compras masivas realizadas del material necesario, exigen el abordaje las actuaciones inmediatas, para la provisión de transporte ágil de ese material a nuestro país", argumenta el Ministerio en el acta de resolución del citado contrato, con el que incrementa la factura a esta empresa hasta los 28,2 millones de euros.
Esta cifra está muy por encima de lo que se han embolsado compañías aéreas españolas como Iberia o Air Europa, 4,3 millones de euros y 1,2 millones (impuestos incluidos), respectivamente, a través de sus dos contratos con el Ministerio; aunque también han operado otros vuelos para administraciones regionales, empresas privadas o los propios proveedores del material, según indican fuentes cercanas a las compañías a Vozpópuli.
Un gigante en crecimiento
DSV es un operador logístico que ofrece servicios de transporte a nivel mundial por carretera, avión, mar y tren. Opera en más de 80 países y, durante la crisis del coronavirus, se ha consolidado como una de las empresas líderes en el traslado de material sanitario desde China.
El gigante del sector de la logística es más grande desde 2019, cuando se acordó la integración del 100% de la multinacional suiza Panalpina, con cerca de 14.500 empleados y especializado en fletes intercontinentales aéreos y oceánicos. De esta forma, el nuevo grupo DSV Panalpina A/S está presente en más de 90 países; dispone de 60.000 empleados y 1.500 oficinas y centros logísticos; y entra en el 'top 5' mundial, en el cuarto puesto del mercado de transitarios.
En España, la sede social de la filial se sitúa en Rubí (Barcelona) con alrededor de 500 trabajadores, aunque tiene centros de distribución en Barcelona, Madrid, Valencia, Zaragoza, Alicante, Vigo, Irún y Avilés, con los que suma más de 2.000 puestos de trabajo en nuestro país.
También tiene delegaciones en A Coruña, Bilbao, Vitoria, Pamplona, Cabanillas del Campo (Guadalajara), Girona, Argentona (Barcelona), Subirats (Barcelona), El Prat de LLobregat (Barcelona), Palma, Murcia, Sevilla, Las Palmas y Tenerife. En total, DSV ofrece servicios a más de 12.000 empresas en España.
DSV calculó una facturación para 2020 de más de 17.000 millones de dólares (15.496 millones de euros). Durante la pandemia, DSV ha mantenido una perspectiva favorable y ha crecido en la Bolsa de Copenhague hasta alcanzar su máximo histórico este martes, con un precio de 133 euros por acción (844,4 coronas danesas).
