Acaban de conocerse los datos de recaudación directa a través de la Declaración Tributaria Especial (DTE), que arrojaron un saldo de 12.000 millones de euros aflorados y 1.200 recaudados. El objetivo anunciado por el Gobierno era de 25.000 millones y 2.500, por lo que enseguida mucha gente se apresuró a señalar que sólo se alcanzaba el 50%, tildando el resultado de fracaso. Pero, por un lado, falta muchísimo dinero por aflorar, que se ha regularizado mediante declaraciones complementarias, no por DTE. Se especula la cifra puede ser superior a esos 12.000 millones. Y en el capítulo de ingresos faltan también numerosas partidas.
Por ejemplo, Hacienda tiene que contabilizar aun “todo lo correspondiente a 2011, que no admite regularización extraordinaria”, señalan en un importante despacho. Por su lado, “en el lado de los ingresos, queda por ver cuánto entra correspondiente a los ejercicios 2008, 2009 y 2010 que se han declarado por vía ordinaria”. Una cifra imposible de calcular, pero que sin duda será relevante y elevará considerablemente esos 1200 millones de euros.
Aflorar
A la hora de analizar patrimonio regularizado generador de rentas futuras, es decir, dinero aflorado que entra en el sistema, queda por computar todo lo declarado por la DTE que ha prescrito, más todo lo regularizado por vía ordinaria, declarado así por resultar más barato. Conviene recordar que la DTE establecía un tipo único del 10% sobre precios de compra, mientras que por la complementaria muchas declaraciones salían mejor debido a las minusvalías de casi todas las inversiones realizadas en los últimos años.
Numerosas voces expertas han afirmado que el capital aflorado estará en el entorno de los 30.000 millones de euros, pese a que la recaudación será menor a la esperada. Sin embargo, no faltan fuentes legales que se atreven a impulsar la cifra por encima: “en los últimos días hubo un auténtico aluvión y se rozó el colapso en los despachos”, comentaban a principios de la semana desde un importante banco privado.
Más de 45.000 millones
Las estimaciones oficiosas de fuentes como el diario Le Parisien han calculado históricamente que España tenía unos 45.000 millones de euros expatriados y opacos al fisco. Si finalmente vuelven al circuito los 30.000 millones previstos, la ‘operación retorno’ habría sido un éxito, aunque tampoco se sabe cuánto dinero ha salido en los ejercicios recientes.
Algunas cuestiones han sido básicas para que los evasores hayan optado por regularizar. La principal, el compromiso de los países por colaborar en el intercambio de información, lo que supone estrechar verdaderamente el cerco fiscal como no se ha hecho nunca. “En los últimos dos años se ha hecho más contra el secreto bancario y la evasión de capitales que en muchos lustros”, comentan las fuentes. Eso se ha traducido en sobresaltos como el ‘caso HSBC’ o las amenazas directas de EE UU a UBS si no le facilitaba información sobre evasores de su país.
Por otro lado, los globos sonda que se ven de vez en cuando, como la petición en Francia de que desaparezcan los billetes de 500 euros son sobresaltos para quien tiene el dinero fuera. Por si fuera poco, la Ley Antifraude que entrará en vigor en 2013 ha endurecido enormemente las sanciones. “El que no haya regularizado está condenado a no dormir tranquilo en el futuro”, señalan fuentes cercanas a Hacienda. En cualquier caso “el alcance real de la amnistía se conocerá dentro de varios meses, hay muchas cosas que computar”, concluyen. Las fuentes legales opinan que "lo lógico sería que esta ventana de oportunidad sea al final un éxito sin precedentes".