El ministro español de Economía, Luis de Guindos, calificó los datos del paro de hoy de "malos" y aunque señaló que España está viviendo el trimestre más difícil, también expresó su esperanza de que a principios de 2013 la economía se recupere.
"Los datos son malos, tanto desde el punto de vista del paro como del de la afiliación a la Seguridad Social, más allá de que haya una cuestión específica como es la extinción de unos convenios especiales, de cuidadores de la dependencia, pero las cifras no se pueden matizar. Son malas", señaló en conferencia de prensa durante un receso del consejo de ministros de Economía de la UE (Ecofin).
En noviembre el paro subió en 74.296 personas en España, con lo que marcó un nuevo récord de 4.907.817 desempleados, al tiempo que la ocupación cayó a niveles de marzo de 2003. Según los datos del ministerio de Empleo, la Seguridad Social perdió 205.678 afiliados en ese mes, con lo que el total de ocupados se situó en 16.531.048.
De las bajas en la Seguridad Social, 85.233 corresponden a los cuidadores no profesionales de la dependencia, que desde noviembre ya no figuran en el sistema.
"Creo que estamos viviendo el trimestre más difícil desde que la recaída económica se inició hacia aproximadamente el tercer trimestre del año pasado, cuando la economía española entró en crecimiento negativo y desde entonces sigue en crecimiento negativo", dijo De Guindos.
Agregó que estos últimos tres meses del año "van a ser el cuarto trimestre más difícil de esta recaída y espero que a partir del primer trimestre del año que viene empiecen ya cifras más positivas de la evolución del crecimiento económico".
Este trimestre, señaló De Guindos, es "especialmente complejo y de alguna forma refleja los datos que hemos visto hoy" en lo relativo al paro.
Sin acuerdo sobre supervisión única en el Ecofin
El ministro de Economía español, Luis de Guindos, afirmó hoy que los avances hacia una unión bancaria en la zona del euro, con la creación de un supervisor bancario único, es fundamental y defendió que se cumplan los plazos para su establecimiento, según recoge Efe.
"La unión bancaria es un tema fundamental respecto al futuro de la unión" monetaria, aseguró De Guindos a su llegada a la reunión de ministros de Finanzas y Economía de los Veintisiete (Ecofin), que tratarán de lograr un acuerdo que siente las bases legales para la creación del supervisor bancario único, pese a las amplias diferencias entre los países.
El ministro señaló que no se había llegado a un acuerdo en esta reunión y defendió que se cumpla "lo más rápidamente posible" el calendario marcado para la puesta en marcha del supervisor, sobre el que los Veintisiete deben alcanzar un consenso antes del próximo 1 de enero, pese a que la cuestión es "extremadamente complicada".
De Guindos explicó que el interés de España en lograr avances en este sentido no se debe a que el establecimiento del supervisor bancario único sea un prerrequisito imprescindible para la puesta en marcha de la recapitalización directa de la banca en dificultades a través de los mecanismos de rescate europeo, sino por la importancia que tiene para el conjunto de los diecisiete países del euro.
"Vamos a hablar del futuro de la unión monetaria, que va mucho más allá de lo que es la recapitalización directa", indicó el ministro, quien aseguró que esa inyección directa de capital "no es el punto fundamental" para España, ya que el país tiene "encauzada una solución" para sus bancos, en referencia al programa de asistencia financiera a la banca acordado con sus socios.
De Guindos subrayó que lo principal para España es que la unión bancaria es "fundamental" para disipar las dudas sobre el futuro de la unión monetaria, lo que beneficiaría al conjunto de la zona del euro y al país. "Nosotros no miramos en ese aspecto los intereses concretos de un país, sino que estamos mirando los intereses del conjunto. Y desde esa visión global del conjunto de la unión, la unión bancaria es un elemento y una pieza fundamental del entramado institucional del euro", aseveró.
Los ministros europeos mostraron su división a su llegada a la reunión.
El titular Francés, Pierre Moscovici, instó a sus colegas a cerrar hoy un acuerdo, a la vez que advirtió de que el supervisor bancario debe controlar a todos los bancos de la zona euro incluidos los locales, en referencia a las reticencias de Alemania, que presiona para dejar al margen a sus cajas regionales.
"El Banco Central Europeo -que asumirá el rol de supervisor único- es el que tiene la responsabilidad del conjunto, el control final, si no, no hay una verdadera supervisión bancaria. Podemos encontrar flexibilidad y soluciones pragmáticas para los bancos locales, pero este principio tiene que ser respetado", indicó Moscovici.
Por su parte, la ministra austríaca de Finanzas, Maria Fekter, opinó que hay que encontrar "una combinación" entre la supervisión de grandes bancos y más pequeños, para aprovechar por un lado las capacidades de los reguladores nacionales y por otro disponer de una institución nueva que establezca las directrices.
"Probablemente acordaremos un sistema escalonado: que el BCE de las directrices y que se recurra a las autoridades nacionales para la supervisión in situ", indicó, a la vez que defendió que "todos los bancos sean controlados con el mismo método y las mismas reglas".
El comisario europeo de Mercado Interior, Michael Barnier, también instó a los Veintisiete a lograr avances para cumplir con el calendario y destacó el trabajo realizado para que los países que no pertenecen al euro, pero que quieren unirse voluntariamente a la supervisión, "puedan trabajar desde una posición igualitaria".
En este sentido, la ministra danesa, Margrethe Vestager, destacó la importancia de que los países externos a la zona euro "podamos participar en igualdad de condiciones" y que se asegure que la creación del supervisor bancario no perjudique el mercado interior, al crear diferencia entre los países sujetos al mismo y los que no. Vestager señaló que, aunque hoy se trabaja "duro" para cumplir con el calendario, su mantenimiento "no es seguro, ya que aún quedan muchas cosas sobre la mesa".
Por su parte, el titular sueco, Anders Borg, consideró que es necesario un "cambio técnico" de los tratados europeos y defendió que los Veintisiete pongan esta opción "sobre la mesa", pese a las reticencias de otros países a iniciar un proceso de este tipo.