David Vegara, ex secretario de estado de Economía con el Gobierno de Zapatero y ex secretario general de sanidad de la Generalitat con el Gobierno de Maragall, ha sido nombrado vicepresidente o número dos del Fondo de Rescate Europeo (EFSF por sus siglas en inglés), un nombramiento que ha causado cierta sorpresa por su escasa afinidad ideológica con el Gobierno de Rajoy. Hay una explicación: tenía una magnífica relación con el presidente del fondo, el alemán Klaus Regling.
En su momento, se llegó a especular con que el comisario Joaquín Almunia podía haberse movido para facilitar este nombramiento. Pero lo cierto es que Vegara tuvo trato con Regling durante su etapa como secretario de estado de Economía entre 2004 y 2009 (año en el que dejó el cargo, tras la dimisión de Pedro Solbes), mientras el economista germano estaba en la Comisión Issing de la UE, organismo encargado de asesorar en materia de reforma financiera, colocado por Ángela Merkel. Con Vegara, despachó en repetidas ocasiones asuntos relativos a la reordenación bancaria europea, como la gestación de la Mifid (Directiva sobre Mercados e Instrumentos Financieros que pretende tutelar la reforma hacia un mercado financiero único europeo) o la Directiva de Conglomerados Financieros. Fuentes cercanas a esas negociaciones señalan que había una gran afinidad, confianza e incluso amistad personal entre ambos.
El ex secretario de estado es un ejecutivo de perfil más técnico que político. Afín al PSC pero sin militancia, no se le recuerda ninguna declaración altisonante, ni tampoco tiene planteamientos extremos, aunque antes que con Zapatero también estuvo en el gabinete de Felipe González como asesor económico.
Después, fue al bróker Intermoney donde trabajó en los departamentos de análisis, para llegar a ser con el tiempo presidente y tras abandonar la política en España en 2009 estuvo en el Fondo Monetario Internacional (FMI), como vicedirector del departamento para el Hemisferio Central.
Ahora, en el EFSF reportará directamente a Regling, quien se mostró encantado, como no podía ser de otra manera, con la llegada del español: "la valiosa experiencia de Vegara tanto en el sector público como privado será de enorme utilidad", declaró en una nota.
El perfil financiero de Vegara le confiere cierto respeto en el PP, donde no le atribuyen participación directa con las maquinaciones de Miguel Sebastián y Carlos Arenillas desde aquella celebérrima 'Oficina Económica' de Moncloa desde la que se diseñaron operaciones contra el BBVA o Endesa. Todos fueron coincidentes en la firma Intermoney con anterioridad. Pero, desde luego, su nombramiento no ha sido impulsado desde el Ejecutivo.
Perdiendo sillones
Al contrario, España perdió el asiento en el Banco Central Europeo (BCE) tras la salida de José Manuel Fernández Páramo, una vez que Mario Draghi sugirió como remplazos posibles los nombres de José Manuel Campa (también secretario de estado de Economía con Zapatero) y que incluso sonara el del propio Vegara. El Ejecutivo peleó por situar a Belén Romana y el asunto finalizó con la pérdida de ese asiento, en favor de Luxemburgo.
A cambio, surgió la posible presidencia del EFSF, para la que también se pensaba en Romana (quien, posteriormente, tampoco logró presidir la CNMV) pero la solicitud de rescate español impedía que se hiciera efectiva esta opción, ya que no era de recibo que presidiera este instrumento un miembro del mismo país que iba a ser rescatado. De esto informó en su momento Vozpópuli.
Llegó Regling a principios de julio y se interpretó como que Merkel colocaba sus peones en las palancas de ayuda europea para que no se usaran indebidamente. Sin embargo, el alemán vio entonces la oportunidad, incorporando a una persona como Vegara, de su confianza personal, pero en absoluto de la del Gobierno español.
Aunque estas cosas tampoco servirán de mucho, visto lo visto. Nuestro país tiene a Jaime Caruana como principal ejecutivo del Banco Internacional de Pagos (BIS, en inglés), que es el banco central de bancos centrales. Un auténtico poder fáctico, que trabajó en su día codo a codo con Luis de Guindos y Cristóbal Montoro desde la dirección general del Tesoro y el Banco de España. Sin embargo, no se nota un trato deferente por parte del BCE ni que la innegable pérdida de influencia española haya remitido.
Tampoco hay que olvidar a José Viñals en el FMI, donde es responsable de Asuntos Monetarios y Mercados de Capitales del Fondo Monetario Internacional. O, más recientemente, el nombramiento como consejero de la autoridad bancaria europea (EBA) de Fernando Vargas.
Veremos si con Vegara en el EFSF se agiliza el rescate financiero y bancario que precisa España o si todo sigue con la desesperante falta de unidad de acción que ha sido la tónica hasta el momento.