Bruselas se ha convertido en uno de los guardianes de la austeridad europea al prescribir medidas de ajuste a los países de la periferia. Sin embargo, el presupuesto de la UE no se aplica el ejemplo y aumenta en un 1,15 por ciento para colocarse en los 152.000 millones en 2013.
De hecho, la partida que los Presupuestos del Reino de España para 2013 destinan a la Unión Europea es junto a las pensiones, los intereses de la deuda y las becas la única que aumenta. En concreto, se eleva en 130 millones hasta los 11.900 millones. Una cifra que no parece coherente con el recortazo que sufren los españoles.
¿Y cómo se explica esto? La UE se lleva una parte de la recaudación por IVA, cuya previsión de ingresos ahora se incrementa tras el alza de este tributo conminada por Bruselas.
Es decir, las altas instancias europeas forzaron una subida de impuestos que les mejoraría la financiación. La Comisión siempre ha argumentado que la tributación indirecta es menos dañina para la competitividad porque no desincentiva el trabajo y grava también las importaciones.
Con todo, el saldo para 2013 de lo que España ingresa sobre lo que recibe de Europa es aún positivo para nuestro país, pues nos corresponden 13.380 millones del presupuesto europeo, casi 300 millones menos que en 2012. Así, la contribución neta de la UE a España se queda en 1.380 millones desde los 1.810 millones de 2012.
Los presupuestos de la UE parecen inmunes a la crisis y desde 2008 han engordado en 20.000 millones. Sólo entre 2011 y 2013 suben en 10.000 millones.
Para el año que viene, la UE prevé gastar unos 50.000 millones en cohesión; 15.000 en refuerzo de la competitividad y el empleo; 60.000 millones bajo la rúbrica de preservación y gestión de los recursos naturales; 2.000 millones en ciudadanía, seguridad, justicia y libertad; 9.000 millones en diplomacia y convertir a Europa en un “jugador global”, y otros 9.000 millones sólo en administración.