Después del bache de 2019, la economía mundial volverá a crecer a buen ritmo en 2020 gracias al tirón de las economías emergentes, que permitirá compensar la ralentización que todavía continuará en las principales potencias económicas del planeta, como Estados Unidos o China.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronostica un avance del 3,4% en el PIB del planeta para este año nuevo. La mejora económica de buena parte de los emergentes en Latinoamérica, Oriente Medio y Europa del Este sopla a favor de estas perspectivas, mientras que los riesgos principales que se ciernen sobre el devenir de la economía global son el frenazo en China y Estados Unidos, así como el agravamiento de sus tensiones comerciales.
Javier García-Arenas, economista sénior de CaixaBank Research, prevé que haya una "desaceleración significativa en EEUU (en torno a 0,5 puntos porcentuales menos de crecimiento), una estabilización en la Eurozona en cotas modestas tras pasar de crecer un 1,8% en 2018 a un 1,1% en 2019, y una senda de desaceleración paulatina en China, en niveles que se situarán claramente por debajo del 6%".
Esto se verá compensado por las mejoras en Brasil, India, Turquía o Rusia, lo que impulsará la economía a nivel mundial y evitará la temida recesión.
"Todo apunta a que 2020 será un año caracterizado por la continuidad de la desaceleración económica en las principales economías. Sin embargo, parece improbable que caigamos en una recesión global (de hecho, nuestras previsiones apuntan a un crecimiento mundial algo superior al 3%)", concluye.
Una mejora en Europa
Para Europa, Azad Zangana, economista y estratega jefe de la gestora de fondos británica Schroders, pronostica un repunte del comercio global en 2020 que será positivo para la Eurozona y una mejora de la demanda interna.
Estos factores, unidos a un menor riesgo de Brexit sin acuerdo, a las probables medidas de política fiscal que se aplicarán en algunos países como Alemania, y el hecho de que 2020 esté bastante despejado de citas electorales importantes en el Viejo Continente deberían sostener el crecimiento en torno al 1,2% en 2020.
La agencia de calificación estadounidese Standar&Poor's es algo menos optimista con el crecimiento europeo, que sitúa en el 1% para 2020. "La economía seguirá creciendo por debajo de su potencial en 2020 (...) la demanda doméstica seguirá siendo el principal pilar de crecimiento y la demanda externa seguirá siendo débil debido a la ralentización de la economía china y del crecimiento estadounidense", explican.
"Aunque la actividad manufacturera todavía debe recuperarse, la actividad del sector servicios sigue siendo lo suficiente robusta para sostener la creación de empleo. Al mismo tiempo, la baja tasa de desempleo se traducirá en un crecimiento más rápido que apoyará el poder de compra de los hogares", señala.
Los expertos de la agencia creen que el Banco Central Europeo (BCE) seguirá teniendo un enfoque acomodaticio (para facilitar las condiciones de financiación, es decir, el coste del dinero), especialmente si la política fiscal sigue siendo neutra, y prevén que si los datos macroeconómicos se deterioran haya una bajada del tipo de depósito de otros 10 puntos básicos en la reunión de marzo. "No creemos que el BCE vaya a ser capaz de subir los tipos hasta 2022", avanzan.
2020, el año de los emergentes
A pesar de que China crece al menor ritmo desde el año 1992, los expertos se muestran positivos con su evolución gracias al principio de acuerdo con EEUU, la mejora de su producción industrial y sus ventas minoristas que se ha producido en la recta final del año, y la bajada de tipos de su banco central (el Banco Popular de China).
Las perspectivas son aún mejores en otros países como Turquía -donde los índices de actividad mejoran y baja el desempleo-, Brasil -cuya reforma del sistema de pensiones traerá optimismo a los inversores-, India -cuyo banco central ha bajado los tipos para impulsar el crecimiento- o México, donde también se están bajando los tipos de interés.
En Rusia, el paquete de medidas fiscales por valor de 400.000 millones de rublos (5.700 millones de euros) disponibles para la inversión potenciará también la evolución económica.
En conjunto, los países emergentes crecerán un 4,4% en 2020, según los pronósticos de Schroders, a pesar de la desaceleración de la economía china.