La ministra de Empleo, Fátima Báñez, no está nada contenta con las pobres cifras de recolocación de parados (un 6 por ciento para los beneficiarios de los famosos 400 euros), de modo que se va a reunir en los próximos días con las Comunidades Autónomas para presionarles con el fin de que mejoren la formación que brindan a los desempleados.
La ministra ya ha explicado que en el caso del Prepara se daban demasiadas charlas orientativas sólo para hacer un currículum. Y por si acaso, ya ha enviado una clara señal a las autonomías con el decreto de los 400 euros aprobado el viernes: ha incluido en éste que los fondos de formación concedidos a las autonomías se repartirán según su eficacia a la hora de reinsertar desempleados.
Las comunidades acumulan deudas de otros años y tienen que destinar una parte a discapacitados y otras partidas. Así que los 615 millones con los que cuentan entre todas para el reciclaje apenas se están usando este año para la oferta de cursos. La ministra amenaza así a las regiones con retirarles una parte de los fondos si no se esfuerzan en ofrecer sus cursos y en mejorarlos.
Los cursos tienen un coste medio de entre 2.000 y 2.500 euros, por lo que con 615 millones de presupuesto da para unas 250.000 personas, lejos de los 500.000 perceptores de los 400 euros.
Otra opción que Báñez puede fomentar es que las autonomías den más cancha a los agentes privados en lugar del papel preponderante que ocupan sindicatos y patronal, algo que ya está en el texto de la reforma laboral y debe desarrollarse.
Lo ideal según los expertos es que se empleasen más recursos para formarse y orientar a los desocupados una vez éstos lleguen a los seis meses en el paro. Eso podría generar importantes ahorros.
