Aunque la economía sigue aún por debajo de los niveles prepandemia, el Gobierno está sacando pecho con los datos de empleo. Según la ministra de Economía, Nadia Calviño, ya está creciendo en España por encima de los niveles precovid. Sin embargo, la letra pequeña de la Contabilidad Nacional refleja otra realidad: en los nueve primeros meses del año se han trabajado 1,2 millones de horas menos que en 2019.
Las proyecciones optimistas del Ejecutivo pierden fuerza si el empleo se mide por horas trabajadas. Este indicador, según el INE, “refleja de manera más clara los efectos inducidos por el brote de la Covid-19 y las sucesivas medidas adoptadas” (en referencia a los 250.000 empleados aún en ERTE). Según el último balance disponible, entre enero y septiembre el número de horas trabajadas ha caído un 4,6% (los 1,2 millones mencionados), en comparación con el mismo periodo anterior a la pandemia.
Es el propio INE, organismo adscrito al ministerio de Economía, quien desaconseja tomar como referencia los datos de la evolución del empleo (puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo en la estadística de la Contabilidad Nacional), que ha crecido un 6,2% respecto a 2020 gracias todavía al efecto rebote de las vacunas, para conocer la realidad del mercado laboral.
Según asegura, la información del empleo “se ve afectada por la variación de las horas trabajadas como de la jornada media, por lo que su interpretación en esta situación excepcional resulta menos directa”. Es decir, para saber qué está pasando, estima necesario valorar la evolución de las horas trabajadas. Y según sus datos, en los nueve primeros meses de 2021 se trabajaron 24,5 millones de horas frente a los 25,7 millones en el mismo periodo de 2019 antes de la pandemia.
Si tomamos sólo el tercer trimestre de ambos años, el resultado es que ahora se han trabajado casi 8,3 millones de horas mientras que en ese periodo de 2019 se llegó a casi 8,6 millones (hay unas 275.000 horas de diferencia). Por sectores, en los servicios se han realizado en 2021 un 2,2% menos de horas trabajadas que antes del virus (-143.000 horas), mientras que en la industria la diferencia es de un 11,1% de horas menos en este periodo (-110.000 horas); en la construcción el descenso es del 2,7% (-17.000), y en agricultura la caída es del 1,3% (-5.000 horas menos).
En los nueve primeros meses de 2021 se trabajaron 24,5 millones de horas frente a los 25,7 millones en el mismo periodo de 2019
Por ramas, dentro de los servicios, son las actividades inmobiliarias las que ya registran más empleo que antes de la Covid (12,8% más de horas trabajadas); la información y comunicaciones (10,4% más de horas); y las Administraciones Públicas, que han aumentado un 4,2% más sus horas respecto al mismo trimestre de 2019 por el incremento de personal. Todo esto significa que aún se trabaja menos horas que antes de la pandemia, que el empleo todavía no se ha recuperado, al menos por los datos de la Contabilidad Nacional que se envían a Bruselas y organismos internacionales como el FMI, y que se produce menos.
Lo más curioso de la revisión del INE del PIB del tercer trimestre es que, mientras eleva en una cuarta parte (26%) la estimación inicial del crecimiento económico -como consecuencia del aumento del consumo de las familias y también del público, de la inversión y de las exportaciones-, mantiene las mismas cifras de empleo (1.069.000 anuales) y de horas trabajadas (esas 6,8 millones) que había facilitado inicialmente.
Lo mismo sucede con las rentas y el excedente de explotación empresarial (beneficios), que vuelve a ser positivo. Es decir, este organismo ha incrementado el PIB inicial gracias al alza de los componentes que más incidencia tienen en el empleo, pero, en la revisión deja la estadística invariable tanto de los puestos de trabajo como de las horas trabajadas. Sin embargo, en la revisión de los datos del segundo trimestre (redujo en 1,7 puntos el avance intertrimestral y en 2,3 puntos el interanual) bajó en unos 20.000 la cifra del empleo anual.
Según los expertos consultados, este encasillamiento de los datos de empleo y horas en 2021 se puede deber a que el modelo estadístico de la Contabilidad Nacional no se ha adaptado a la alta volatilidad de la evolución laboral actual y no recoge la realidad del mercado. Lo mismo está sucediendo con el modelo, y la toma de datos, de la evolución del PIB, en permanente revisión. En Europa no sucede nada parecido.
¿Cuánto empleo hay en España?
Depende de la estadística que se tome. La Contabilidad Nacional sólo contempla el empleo a jornada completa, tanto privado como público. Sale que hay 18,4 millones. Pero, no computa, por ejemplo, el empleo a tiempo parcial (unos 2,9 millones), que es precisamente la contratación que más avanza ahora, sobre todo en el empleo indefinido (hay más trabajadores fijos con contratos por horas que temporales). Es probable que este aumento del empleo por horas sea la causa de que la revisión al alza del PIB del tercer trimestre no haya supuesto un alza también de los puestos de trabajo.
Muchas empresas están optando por esta fórmula cuando vence el periodo acumulado de encadenamiento de contratos temporales y tienen que decidir por el despido o por un empleo indefinido. Mayoritariamente, sobre todo si el trabajador está formado, están canjeando un contrato eventual a jornada completa por uno indefinido a tiempo parcial, porque dudan de la situación económica y se ahorran costes fijos como las cotizaciones y los sueldos completos. De este empleo a tiempo parcial no se hace mención alguna en la nueva reforma laboral. Según la EPA, el 10,4% del empleo fijo es ya a tiempo parcial.
Lo cierto es que medir el empleo existente en España se ha convertido en una aventura estadística de resultado improbable. Las distintas formas de hacerlo sólo benefician a los gobiernos de turno (y partidos), que utilizan una u otra opción según la interpretación política que les convenga. Por ejemplo, además de la Contabilidad Nacional (que sólo mide el empleo a jornada completa con indicadores y promedios), la Seguridad Social facilita los datos aislados de afiliación de los trabajadores y autónomos.
Medir el empleo en España se ha convertido en una aventura estadística de resultado improbable. Las distintas formas de hacerlo sólo benefician a los gobiernos de turno, que utilizan una u otra opción según la interpretación política que les convenga
Aunque se trata de una información incompleta -porque se supone que tiene todos los contratos, tipos de empleo, duración o cotizaciones individuales o por grupos-, ofrece además distintas versiones. La más extendida es la afiliación media. Y sale que hasta el tercer trimestre de 2021 hay casi 19,6 millones de cotizantes medios (cada afiliado, aunque realice más de un trabajo, dispone de un solo número de cotizante), con un aumento de 208.000 más respecto a los que había en este periodo en 2019. Es la cifra más elevada en la historia estadística, pero no se sabe nada de su calidad contributiva detallada por tipos de empleo o cotización.
Es más, esta cifra no contempla, por ejemplo, los 600.000 o más funcionarios de carrera que llegaron a las Administraciones Públicas antes de 2011 (a partir de este año todos los empleados públicos cotizan a la Seguridad Social) y que siguen abonando sus cuotas de empleado al régimen de Clases Pasivas. Permanecen en el limbo de la estadística del empleo, aunque su gestión ha sido ‘transferida’ hace un año a la Seguridad Social.
Mientras, en los datos de afiliación diaria (dato a fin de mes), sale que hay casi 19,4 millones de empleados en España (220.000 más que en el tercer trimestre de 2019) y en afiliación media con ajuste estacional la cifra total es de 19,5 millones (203.000 más que en el tercer trimestre de 2019).
Y, por su parte, la Encuesta de Población Activa (EPA) señala que hay más de 20 millones de ocupados en el tercer trimestre de 2021 (incluyendo al sector público), 156.000 más que en el mismo periodo de 2019. Aunque es precisamente una encuesta (depende de la voluntad de colaboración en ese momento del encuestado), es la estadística oficial en Europa. Es la más completa, pero sólo mide el empleo de la semana de referencia en que se realiza la toma de las muestras.
Quien mejores datos de empleo dispone es la Agencia Tributaria, aunque la información está desagregada, no es oficial ni detallada (salvo de las grandes empresas) y no tiene carácter público. Recibe las declaraciones trimestrales de las retenciones que las empresas o empleadores practican y ofrecen una versión más real del mercado laboral aunque no de la morfología del empleo.
La Agencia esperaba este año 21,6 millones de declaraciones por IRPF del ejercicio anterior, la mayor parte corresponden a rentas del trabajo. Obviamente, no incluye a trabajadores que no hacen la declaración porque no llegan a los límites de ingresos establecidos y a los que navegan en la economía B total o parcialmente. Es evidente que en estos tiempos se necesita una estadística mejor, más transparente y completa, y sobre todo más fiable y unívoca.