“¡Tiempo! Hay que rotar”. Unos diez emprendedores se despiden de sus interlocutores, se levantan de sus asientos y se vuelven a sentar esta vez en la silla que tienen a su derecha. Llega el momento de presentarse a la persona que tienen enfrente y explicarle la idea de negocio que ronda en su mente. Estos encuentros, organizados por Hub Madrid, son los llamados Speed Networking y su finalidad es poner en contacto a emprendedores para que amplíen una red de contactos que les ayuden a sacar adelante su proyecto de negocio.
Una de las personas que participan en esta reunión es Eduardo “emprendedor, como se dice ahora, desde hace 30 años”. Al ser mayor de 30 años se queda fuera de la “tarifa plana” de 50 euros durante seis meses en las cotizaciones para jóvenes autónomos anunciada el lunes por la ministra de Empleo, Fátima Báñez. “Limitar la edad me parece una medida absurda porque si lo que se pretende es crear empleo, es mejor dar esas facilidades a gente con más experiencia en la puesta en marcha de empresas que probablemente van a generar más puestos de trabajo”, asegura Eduardo.
En una país con seis millones de parados y una tasa de desempleo juvenil del 55%, muchos jóvenes miran al autoempleo como una posible salida. Es una tendencia que en los últimos meses viene notando Antonio, que hace un año se aventuró a montar su asesoría laboral. “Cada vez tengo más clientes menores de 35 años. Creo que con la crisis se ha agudizado el ingenio y los jóvenes ya no esperan a encontrar trabajo. Ahora hay más cultura emprendedora”, afirma por teléfono desde Cádiz.
Educación
La escasa tradición emprendedora y un sistema educativo en el que apenas se imparten conocimientos sobre el tema a los alumnos son dos de los factores en contra de los emprendedores españoles, asegura Braulio Pareja, presidente de la Asociación española de emprendedores sociales. “Somos un país con una alta tasa de funcionarios. Hay que aventurase y salir de la zona de confort. Y la base es la educación” sentencia Pareja, presente en la Speed Networking. Un ejemplo de sistema educativo que fomenta las aspiraciones de sus alumnos por emprender es el estadounidense. Según un reciente estudio de Gallup, cuatro de cada diez alumnos de entre 5 y 12 años quieren tener su propio negocio en un futuro. Y el 59% de los encuestados aseguran que sus colegios ofrecen clases sobre cómo comenzar un negocio.
Precisamente comenzar un negocio en España no es que sea algo fácil, si se tiene en cuenta un informe del Banco Mundial donde el país ocupa el lugar 136 en este apartado, una posición cercana, aunque inferior, a la de Ghana, Namibia o Camerún. Otra de las dificultades con las que se encuentra un emprendedor a la hora de echar a andar su idea es la tramitación que tiene que llevar a cabo. “Es verdad que se ha mejorado en los últimos tiempos pero aún es complejo”, asegura Ismael en Hub Madrid.
Para facilitar dichos trámites, la Cámara de Comercio de Madrid puso en marcha hace 13 años la Ventanilla Única Empresarial, a la que en 2012 se han asomado 5.508 personas. Dos de ellas fueron Paula y su socio Ángel, que en otoño del pasado año se decidieron a crear su propia productora, Luz. “Fuimos a asesorarnos y la verdad es que allí nos resolvieron las dudas, nos dieron todos los impresos y nos ahorramos el tener que ir de ventanilla en ventanilla, que si a Hacienda, a la Seguridad Social, etc”, afirma Paula al otro lado del teléfono. Miguel Garrido, director gerente de la Cámara de Comercio, explica que aunque en España se ha adelantado mucho en facilitar la creación, aún queda camino por andar. “Un emprendedor no debe perder ni un minuto en trámites administrativos. Así como tampoco debería gastar dinero en ello. Una empresa cuando nace es como un bebé que se enfrenta a muchos peligros y hay que tratar de reducirlos”, afirma.
IVA
Con la idea de Garrido de abaratar los costes de la tramitación está de acuerdo Antonio Oliver, profesor y emprendedor, que en la reunión de Hub pone como ejemplos a Francia y Reino Unido, “donde los emprendedores no empiezan a pagar hasta que han ganado algo de dinero”.
En este sentido, Juan Antonio Maroto, catedrático de Economía Financiera de la Universidad Complutense de Madrid, califica de “contrasentido” que los autónomos tengan que adelantar el IVA de las facturas no cobradas. Maroto señala, además, otro de los problemas que se encuentran los emprendedores cuando quieren hacer realidad esa idea que les ronda por la cabeza: la falta de financiación. “Algunos optan por capitalizar su subsidio de desempleo e invertirlo en su futuro negocio”.
Precisamente eso fue lo que hizo Antonio para poner en marcha su asesoría laboral. Él también critica el adelanto del IVA de las facturas no cobradas, “muchas de ellas de la propia Administración”, y apunta una solución al respecto. “Que se pague cuando se haya cobrado y que como prueba del cobro sirva una transferencia bancaria”. Reclama además exenciones fiscales durante los primeros años y recalca los gastos a los que tiene que hacer frente un empresario a la hora de adquirir o alquilar un local para desarrollar su negocio. “Hay que pagar la licencia de apertura, la tasa de basuras, el IBI, las facturas de la luz, del agua”, enumera.
Al terminar la ronda de contactos, en el Speed Networking de Hub llega el momento de tomar unas cervezas y en un ambiente más relajado intercambiar consejos o ideas para que ese pensamiento que bulle en la cabeza del emprendedor llegue a convertirse en realidad.
