Economía

Las empresas marcan la agenda del G7: por primera vez abordará la desigualdad social

Será objeto de debate después de un año marcado por las protestas de los 'chalecos amarillos' en Francia y por el auge de los partidos populistas en las elecciones al Parlamento Europeo

  • Imagen de archivo de la última reunión del G7

Los líderes políticos que integran el G7 celebrarán una cumbre el próximo fin de semana en Biarritz (al sur de Francia) en la que por primera vez centrarán su discusión en uno de los problemas ignorados de las democracias desarrolladas: la desigualdad social.

Han colocado el tema en la agenda las principales organizaciones empresariales de esos siete países (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido), que se reunieron en julio en la ciudad francesa Aix en Provenza y decidieron invitar a su encuentro por primera vez a las organizaciones sindicales de esos países.

Los agentes sociales de las principales democracias desarrolladas (denominados B7 y L7, Business leaders -patronales- y Labour leaders -sindicatos-) firmaron entonces una declaración conjunta en la que instaban a sus líderes políticos a buscar la cohesión social, luchar contra la desigualdad y debatir sobre posibles medidas este próximo sábado. 

A la cumbre asistirán como invitados Pedro Sánchez, presidente en funciones de España, y Sebastián Piñera, presidente de Chile.

"Esperamos que los países del G7 se comprometan a reforzar sus políticas públicas en términos de igualdad, diversidad e inclusión. El progreso en estas políticas debe ser monitorizado en cada país del G7 de forma regular. Los planes de acción desarrollados por las compañías por iniciativa propia también puede ser efectivos y complementarios a las medidas gubernamentales", señalaron las organizaciones.

Esta petición se ha producido en un año que en el caso de Francia ha estado protagonizado por el movimiento de los 'chalecos amarillos', una protesta social que se inició por la subida del precio del combustible -encarecido por los impuestos sobre la gasolina y el diésel- y acabó reivindicando medidas para luchar contra la pérdida de poder adquisitivo de la población y la desigualdad.

La Comisión Europea también presiona

También se reflejó este malestar social en el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo, en las que se proclamaron campeones nacionales la Liga Norte de Matteo Salvini en Italia, la Agrupación Nacional de la ultraderechista Marine Le Pen en Francia, o el Partido del Brexit del populista Nigel Farage en Reino Unido. Partidos populistas y antieuropeos que concentran el voto de una parte de la sociedad que está en contra de las desigualdades del sistema.

Este caldo de cultivo ha llevado a la Comisión Europea a fijar como objetivo número uno de esta legislatura en el Europarlamento la lucha contra la desigualdad, con el fin de frenar los populismos.

"Esto al final explota. Hay una urgencia aquí. En el pasado ya ocurrió y fuimos a una guerra. Europa debe contribuir a la lucha contra la desigualdad, porque este es un objetivo nacional pero también europeo", advertía Pierre Moscovici, comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros en un foro en Bruselas días después de los comicios.

Los expertos en relaciones internacionales consideran que el G7 es el grupo de países que más puede trabajar en este sentido, ya que a diferencia del G20 en éste no se incluyen países en los que los derechos humanos están en tela de juicio como China, Rusia, Turquía o Arabia Saudí.

Últimas cumbres

La última cumbre de este grupo se celebró en Canadá en junio del año pasado, y en ella los líderes (entre los que figuraba Theresa May, ahora sustituida por Boris Johnson) analizaron cuestiones como el crecimiento, la adaptación del mercado laboral a las profesiones del futuro, la igualdad de género, el cambio climático y la paz y seguridad.

En 2017 se reunieron en Italia (con cinco países africanos como invitados), en 2016 en Japón (cuatro países asiáticos invitados), en 2015 en Alemania y en 2014 en Bélgica. Éste último fue el primer año en el que la cumbre no contó con Rusia como miembro debido a la crisis de Crimea.

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