Unas 500 empresas británicas negocian con Países Bajos establecer una sucursal en territorio neerlandés después de que la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) se hiciera definitiva el 1 de enero, provocando largas esperas en la frontera, con frecuentes trámites y problemas de cobros de IVA.
Según la Agencia de Inversión de Asuntos Exteriores de los Países Bajos (NFIA), una institución oficial que guía a las compañías extranjeras que quieran invertir en territorio neerlandés, el creciente interés de estas empresas tiene relación directa con el acuerdo comercial del Brexit alcanzado a finales del pasado diciembre.
Aunque ese acuerdo evitó un Brexit duro y caótico el 1 de enero, la realidad para muchas empresas sigue siendo complicada porque se han enfrentado a tiempos de espera más largos en la frontera, diferentes trámites y problemas con los cobros del IVA a sus clientes, que, al no obtener un servicio intracomunitario, hace que este impuesto sea más difícil de declarar en la UE y tenga que incluirse en las facturas, encareciendo los productos.
“Vemos un aumento continuo en el número de empresas que nos preguntan y que están analizando si pueden establecerse en Países Bajos. Después del 1 de enero, quedó claro en la práctica lo que implica ese acuerdo y, en la práctica, a menudo significa más tiempo y más costes. Por eso están considerando un cambio", explicó Jeroen Nijland, de la NFIA, a la televisión pública NOS.
Pesadilla burocrática
Abrir una sucursal, o trasladarse a Países Bajos, es la única forma que tienen muchas de las firmas que hacen negocios con la Unión Europea para evitar el muro burocrático que ha aparecido desde principios de año al hacerse definitivo el Brexit.
El 40 % de nuestras exportaciones van a la UE. Como empresa, dependemos en gran medida de un buen flujo de nuestros productos"
La compañía británica Stewart Superior, que distribuye material de oficina, ya ha decidido poner en marcha una sucursal neerlandesa que le dé acceso directo a la UE.
"El 40% de nuestras exportaciones van a la UE. Como empresa, dependemos en gran medida de un buen flujo de nuestros productos, pero debido a que gran parte de lo que vendemos proviene originalmente de China, tenemos que lidiar con todo tipo de papeleo adicional, lo que hace que sea muy difícil hacer que nuestros productos crucen la frontera", explicó su director, Geoffrey Betts.
"Pesadilla burocrática"
El acuerdo comercial contiene una regla muy estricta de origen de los productos, que establece que solo lo que se produce principalmente en Reino Unido se puede exportar a territorio comunitario sin aranceles, lo que hace que las empresas que usen parte de productos extranjeros tengan que pagar costes adicionales por vender sus bienes en la UE.
Cada producto que exportamos, necesita un código de barras separado y tenemos que cobrar el IVA en cada transición, lo que encarece nuestros productos, es una pesadilla burocrática"
"Cada producto que exportamos, necesita un código de barras separado y tenemos que cobrar el IVA en cada transición, lo que encarece nuestros productos, es una pesadilla burocrática", lamenta Betts.
Esta compañía ha adquirido ahora un almacén gigante en Waalwijk, un municipio de Brabante, en el sur de Países Bajos, para importar sus mercancías directamente a la Unión, y evitar los controles fronterizos.
