Las empresas españolas se muestran pesimistas respecto a la recuperación económica, por el ritmo al que hasta ahora va reactivándose la demanda, por las medidas económicas anunciadas por el Gobierno y por la incertidumbre sobre un posible rebrote de coronavirus. Este panorama les lleva a pensar que su negocio no se recuperará hasta más allá de 2022.
Según la última encuesta de la patronal de empresarios y la consultora KPMG, un 42% de los empresarios no esperan recuperar los niveles de facturación previos a la crisis hasta el año 2022 y un 10% cree que habrá que esperar más allá de ese año para recuperar sus ingresos de 2019, lo que supone tres años perdidos para su negocio.
Para este ejercicio, un 56% de los encuestados pronostica una caída de ingresos frente al año anterior, un 18% cree que se mantendrá igual y sólo un 26% baraja un escenario de crecimiento. A pesar de que son unas perspectivas muy negativas, lo son menos que en las ediciones anteriores de este informe.
Este pesimismo generalizado lleva a las compañías a pedir medidas que puedan aliviar su situación y mejorar sus cuentas, principalmente bajadas de impuestos que se antojan imposibles dadas las intenciones del Gobierno.
Sociedades, IRPF e IVA
En concreto, un 61% pide una reducción del Impuesto de Sociedades, un 60% cree que habría que bajar el IRPF y un 50% solicita bajadas de impuestos indirectos como el IVA.
"Entre los empresarios que consideran necesario reducir los impuestos sobre las personas físicas, las demandas se centran en el IRPF (91% de los encuestados) y el Impuesto de Sucesiones y Donaciones (62%). Los que proponen reducir impuestos indirectos ponen el foco en el IVA (90%)", explican.
Sólo asumen que son necesarios incrementos impositivos para poder cuadrar las cuentas públicas un 13% de los empresarios para el IVA, un 12% para el Impuesto de Sociedades y un 8% para el IRPF.
Piden una mejora del gasto público
En lugar de intentar atajar el déficit aumentando la recaudación, los empresarios son partidarios de que el Gobierno haga un ejercicio para recortar el gasto público y mejorar su eficiencia.
Tras disminuir la presión fiscal, mejorar la eficiencia del gasto se sitúa como la segunda petición de los empresarios, elegida por el 56% de los encuestados.