La primera eléctrica española, Iberdrola, tiene preparado un plan de contigencia enfocado en la recompra de acciones de ACS, su primer accionista (posee el 18,8%) y rival, ante la situación delicada que sufre la constructora de Florentino Pérez, según explican a Vozpópuli fuentes financieras conocedoras de esta nueva estrategia. Su presidente Ignacio S. Galán está estudiando una de sus jugadas maestras que permitiría alcanzar un doble objetivo: uno, reducir de golpe el peso de ACS, con el que lleva más de dos años de batalla jurídica por las disputas por el control de la compañía-, y dos, evitar una tensión accionarial dentro de la eléctrica, que perjudicaría a la evolución de la acción.
Galán está así replicando los pasos que dio Repsol a finales del año pasado con su accionista y rival, la constructora Sacyr, ahogada por la deuda. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, convenció a los bancos acreedores de la constructora con esta solución: puso 2.572 millones de euros, recompró el 10% de Repsol, redujo a la mitad el peso de Sacyr, con la que mantenía una situación de conflicto (intentó acceder al control de la petrolera), y evitó la incertidumbre en el mercado. Esta estrategia de Brufau fue muy aplaudida en el mercado porque le permitió recuperar el control y zanjar las posibles tensiones accionariales. En el caso de ACS-Iberdrola, la recompra de la mitad de la participación de ACS en Iberdrola, un paquete del 9,4%, vale a precios de mercado 2.400 millones de euros.
La situación de la constructora ACS, primer accionista de Iberdrola, se encuentra en una situación financiera muy delicada. La compañía arrastra una deuda de 13.000 millones de euros, de la que se encuentra renegociando buena parte de ella y de forma más costosa. La estrategia de venta de activos para aligerar esta deuda se le atraganta (activos de energía eólica) y además tiene minusvalías latentes de 4.000 millones por sus participaciones en Iberdrola y Hochtief y su valor en bolsa apenas llega a los 6.700 millones. Además, sus fondos propios (antes de minoritarios) se han reducido un 20,6% en 2011, principalmente por los mayores ajustes de valor en un 76%, hasta los 2.363 millones de euros, de los que casi todo, unos 1.791 millones corresponden a la evolución de la acción de Iberdrola.
Iberdrola (vale el bolsa 25.500 millones) ha logrado diluir en repetidas ocasiones a su principal accionista, gracias a la política flexible de su dividendo (acciones o cash). ACS siempre ha optado por cobrar dicho dividendo en cash y esto ha provocado pequeñas diluciones en su participación en Iberdrola, que se sitúa por debajo del umbral del 20% desde hace tiempo, lo que le ha impedido consolidar por el 100% sus cuentas. Fuentes oficiales de la eléctrica no han querido hacer comentarios a esta información.