La expropiación de YPF por parte de Argentina tendrá un coste para Repsol de al menos 5.700 millones de euros, cantidad que tendrá que provisionar en sus fondos propios (a cierre de 2011 ascendían a 25.000 millones de euros), según fuentes del mercado. La petrolera tendrá que contabilizar 4.100 millones del valor en libros de YPF más 1.600 millones de la financiación que la petrolera concedió al grupo Petersen, pendiente aún de recuperación, según indica Bankia en su informe posterior a la conference call de Repsol, celebrada ayer sobre la expropiación de YPF.
Esta provisión tendrá que ser recogida en el nuevo plan estratégico, que la compañía anunciará el mes que viene, aunque hay una pequeña matización. YPF, que representa el 21% del beneficio neto y el 25% de su Ebit, pasará así a engordar el capítulo de las provisiones, según el mercado, aunque su presidente, Antonio Brufau, dijo ayer que YPF sería una cuenta a cobrar (pasará a ser parte del activo de la compañía), según fuentes consultadas.
Uno u otro, lo cierto es que la aventura de YPF, ya internvenida por Argentina, se convertirá a partir de ahora en un desafío por parte de Repsol para recuperar los 1.400 millones de euros que prestó a Petersen para adquirir el 25,5% que posee, y para lograr una indemnización por la expropiación de al menos 7.200 millones de euros por el 51%.
El primer reto cuenta con una gran complejidad, porque la familia argentina Eskenazy hacía frente a sus obligaciones financieras desde su entrada en 2008 con el reparto del dividendo, que ascendía al 90% de los beneficios de YPF, y este año no ha habido dividendo como tal (los 1.000 millones pasaron a los fondos de capital y se repartiran en forma de acciones). Petersen no ha recibido este año unos 250 millones de euros que le correspondían por su 25,5% de su participación en YPF. Una puerta que tiene Eskenazy sería la venta de las acciones extras en el mercado. El riesgo para Repsol es muy elevado: la petrolera es la acreedora de YPF frente a los bancos en caso de que la argentina no pueda hacer frente al crédito vinculado a su adquisición. Repsol es así la última en cobrar en caso de conflicto. La primera prueba de fuego es el próximo mes de mayo, fecha en la que Petersen tiene un vencimiento de 500 millones de dólares. "Los Eskenazi están preocupados. Todo dependerá de la valoración que hagan de la empresa", decía ayer Brufau.
¿Expropiación? Legal, pero que pague... Arranca la batalla por el precio
El segundo desafío, la batalla por la indemnización, también es complejo. El precio final de la expropiación lo fijará el Tribunal de Tasaciones local (mientras el Gobierno ha tomado el control efectivo de la compañía hasta la expropiación). La nula independencia de este tribunal está garantizada, así es que Repsol está abriendo una batalla legal ante el Banco Mundial para luchar por conseguir que Argentina pague por la expropiación de su 51% de YPF la cantidad establecida por los estatutos para el caso de una expropiación.
Repsol pide unos 7.200 millones de euros por el 51% expropiado, ya que aplicando la fórmula prevista la valoración de la compañía vale 18.300 millones de dólares (10.500 millones de dólares por el 57,4% de su participación). "YPF vale más de 18.300 millones de dólares, pero es lo que fijan los estatutos", decía ayer Brufau.
En el supuesto de una adquisición igual o superior al 15% y de conformidad con los establecido en los estatutos de YPF (artículos 7 y 28), el adquiriente debe formular una oferta pública por la totalidad de las acciones de la compañía, en efectivo, por el valor de cuatro criterios. En este caso, el criterio aplicable para determinar el precio por acción consistiría en el producto de PER máximo de YPF de los dos últimos años por el resultado neto de YPF por acción del os últimos doce meses. En este sentido, Repsol va a luchar por que el precio de valoración de la compañía sea de 46,55 dólares por acción, un 72% más que su precio actual. Las acciones de YPF cotizan en Buenos Aires en el entorno de 118,9 pesos argentinos, o lo que es lo mismo, 27,07 dólares por acción.
Aunque el tribunal tardará un tiempo en determinar la compensación económica, la batalla ya ha empezado. Argentina se ha negado en rotundo a pagar esa cantidad. El viceministro de Economía y uno de los interventores de YPF, Axel Kicillof, dijo ayer que "revisarán las cifras sobre el valor verdadero de la compañía y que el Estado argentino no pagará los 10.000 millones de dólares que Repsol demandará a Argentina por la expropiación del 51% en la petrolera. "Estamos en condiciones de decir que los números que hablaban acerca del valor de la compañía, de manera imprudente, van a ser revisados a medida que vayamos conociendo vericuetos e información secreta que la empresa manejaba", indicó Kicillof en su intervención ante el Senado argentino.
Pero Repsol irá más allá. Tomará "todas las medidas legales" a su alcance. Además de esta batalla, la petrolera preparará demandas de diferente índole, constitucionales, administrativas, mercantiles y civiles. Y prevé que el resto de inversores también le sigan.
Plan estratégico
"Hemos esperado por la crisis de YPF pero pronto presentaremos el nuevo plan, próximo a la juntade accionistas, para que sean solidarios con la situación", decía ayer Brufau. No obstante, el negocio de Repsol en Argentina ha sido en los últimos años autosuficiente y se ha autofinanciado. Por ello, la caja de YPF no financiaba las divisiones del grupo. Pero en el largo plazo, la compañía ya no podrá contar con el enorme potencial de los recursos de Argentina y se verá obligada a incrementar el esfuerzo exploratorio para seguir creciendo de manera similar. Además, se estima un ahorro de 2.000 millones de Capex que Argentina absorbía, la implantación del scrip dividend y la posiblidad de convertir la emisión de acciones preferente vigente (unos 3.000 millones) en bonos. Según Bankia, no parece que sea necesaria la venta de activos, como Gas Natural.
Repsol confirmó ayer los objetivos de retribución al accionistas (crecmiento del 10%), aunque se implementará con script dividen en una de las partidas (complementarias o a cuenta), y por el momento no se atenderá con la autocartera.
Por el lado negativo, el peso de YPF en los resultados operativos de Repsol era mayor que el peso en la deuda neta del grupo (11% del grupo); pero por el lado positivo, mejorará su calificación crediticia, ya que tradicionalmente la presencia de Repsol en Argentina la ha estado penalizando.