La reciente desinversión de ACS en Iberdrola, con la colocación acelerada en el mercado de un paquete del 3,7% con fuertes minusvalías, ha vuelto a generar malestar entre los accionistas del grupo constructor. Precisamente, la participación en la compañía eléctrica, responsable de más de la mitad de la abultada deuda financiera del grupo, ha sido uno de los asuntos recurrentes de las reuniones con inversores institucionales.
El director general de ACS, Ángel García Altozano, fue el interlocutor en la mayoría de estas reuniones y recibió un mensaje de preocupación por parte de los inversores institucionales, que contemplaban como la apuesta por Iberdrola se le empezaba a ir de las manos al grupo constructor.
“Si queremos participar en Iberdrola, ya compraremos acciones nosotros mismos”. Ese fue el mensaje claro y directo que llegó a Altozano. Los fondos habían apostado o querían hacerlo por un grupo centrado en los sectores de construcción, servicios y concesiones de infraestructuras y no en una corporación empresarial al uso. En algunos casos, la presencia de ACS en Iberdrola y el empecinamiento en proseguir con ella han hecho que determinados accionistas institucionales hayan decidido no tomar posiciones en ACS.
La compañía ya pierde un 31% en bolsa en lo que va del presente ejercicio
La salida parcial de Iberdrola ha generado fuertes minusvalías para ACS y además ha conducido a la acción a nuevos y pronunciados descensos, en un clima de pesimismo general en el entorno de los mercados de renta variable. Los títulos del grupo constructor acumulan ya una depreciación del 31% en lo que va de año, con lo que se sitúan en sus mínimos de los últimos siete ejercicios. Su capitalización bursátil, que llegó a estar por encima de los 15.000 millones de euros, cayó en la sesión de ayer por debajo de la cota de 5.000 millones de euros.
La compañía se ha visto presionada en los mercados por su elevado endeudamiento, el coste adicional que le ha supuesto esta circunstancia y también la dificultad para vender activos con los que tratar de enjugar dicha deuda.
Además, ACS tampoco podrá contar con ingresos adicionales por cuenta del dividendo de su participada Hochtief, toda vez que la compañía alemana se ha visto obligada a prescindir de la retribución al accionista.