Las participaciones preferentes de Bankia vivas (más exactamente, las de Caja Madrid emitidas en 2009) iban a ser canjeadas antes del verano, según aseguran fuentes cercanas a la entidad, en el mes de julio, poco después de la junta de accionistas. Estas mismas fuentes indican que aunque no estaban formuladas las condiciones, lo único seguro era que no iban a ser cambiadas por acciones.
Oficialmente, en la entidad afirman que esto ahora corresponderá al nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri, aunque insisten en que, pese a las movilizaciones de algunos inversores que incluso han creado una plataforma de afectados, los intereses se siguen pagando puntualmente. Unos intereses generosos, ya que estos activos ofrecen una TAE del 7%.
Pese a la ausencia de información al respecto, en Bankia siempre han defendido que el canje se efectuaría a lo largo del año, pero esto era un periodo demasiado ambiguo para un entorno tan convulso como el actual en el que, además, ya han iniciado e incluso culminado procesos de canje firmas como La Caixa, BBVA, Sabadell o Banco Popular.
Pocos, de momento
La plataforma que se está aglutinando (con pocos efectivos, de momento) afirma que hay unos 100.000 inversores con estos títulos y suman alrededor de 3.000 millones de euros. Ha enviado cartas al defensor del pueblo y al Fiscal General del Estado aunque, reclamando la devolución de su dinero.
Puestos en contacto con portavoces de la misma, sin embargo, comentan que la verdadera queja está en la ausencia de información y dejan caer que no verían con malos ojos alguna solución que restituyera nominalmente la inversión en algún otro activo que fuera líquido y permitiera ir recuperando el principal, aunque fuera en fases.
Las participaciones preferentes son deuda perpetua que abonaba intereses periódicos y que se colocaron de manera masiva en los últimos años, ya que reforzaban el capital de las entidades. Estos activos cotizaban en un mercado secundario, pero el problema real radicó en que, a pesar de que en dicho mercado sufrieron pérdidas, el cliente que quiso vender consiguió hacerlo recuperando íntegramente el principal, ya que la propia entidad recompraba para revenderlo a otro cliente que estaba en lista de espera. La demanda era tan grande que permitía esa práctica, denunciada en noviembre por la CNMV.
Cuando en los últimos meses los titulares han comprobado que algunas preferentes cotizaban al 30% o incluso menos del valor nominal, la indignación ha estallado, ya que muchos inversores, con escasa cultura financiera, daban por hecho que eran instrumentos totalmente seguros.
Sólo ante los anuncios de canjes por parte de las entidades, después de los cambios regulatorios de la autoridad bancaria respecto a las preferentes, ha aparecido interés comprador por parte de especuladores, que querían comprar activos con un enorme descuento para acogerse a un canje no lejano al 100%. Pero esto no ha hecho posible que los inversores recuperaran sus pérdidas, sino que las materializaran.
Sin duda, Bankia ha perdido un tiempo precioso para haber realizado un canje que en otras entidades ha tenido una aceptación masiva. Ahora, Gorigolzarri tendrá que capear con este asunto que tiene un gran impacto reputacional y cuyas movilizaciones crecen, aunque de momento son pequeñas.