Los negocios de Abel Matutes, exministro de Asuntos Exteriores, pasan por Holanda. El empresario está encontrando en los últimos años una auténtica mina en el país centroeuropeo, en el que se encuentra radicada su instrumental Promintur. Sólo en dividendos, el holding de Matutes se ha embolsado algo más de 60 millones de euros desde 2010, cantidades por las que ha tributado en Holanda.
Promintur, domiciliada en la localidad de Breda, forma parte de Fiesta Hotels & Resorts, una de las patas del imperio de Abel Matutes, que posee aproximadamente dos tercios del capital de la compañía holandesa. Sin actividad hasta la segunda mitad de la pasada década, Promintur comenzó a repartir dividendos en 2010 y se convirtió en la principal fuente de ingresos financieros de Fiesta.
De hecho, en 2011 esta partida se fue por encima de los 30 millones de euros, la mayor parte de los cuales se correspondían con la retribución a los accionistas de Promintur, que se elevó hasta los 48 millones de euros.
Los ingresos financieros de Fiesta se redujeron prácticamente a la mitad en 2012, en concreto 16,6 millones de euros, un hecho que coincidió con el recorte en el dividendo de Promintur. El pasado ejercicio, la sociedad holandesa repartió entre sus socios 25 millones de euros.
Opciones en Globalia
Todas estas cifras, sin embargo, no pasaron por el Fisco español sino por el de Holanda, en cuyo sistema fiscal hay un impuesto equivalente al de sociedades, aunque con un tipo sensiblemente menor.
El nombre de Abel Matutes ha regresado al primer plano de la actividad empresarial tras haber adquirido una participación en Globalia, matriz de Air Europa, y aparecer en las quinielas para tener un papel protagonista en una hipotética salida a Bolsa de la compañía.
Precisamente, la adquisición del 5% de Globalia a Javier Hidalgo, uno de los hijos del presidente y máximo accionista del grupo, Juan José Hidalgo, se llevó a cabo a través de Fiesta, con la que Matutes también controlaba su participación en el touroperador TUI y en Transmediterránea.
Repatriaciones de sociedades
Algunos empresarios españoles han procedido a domiciliar en España algunas de las sociedades instrumentales que tenían en países con un beneficioso sistema fiscal. Ha sido el caso de la familia Del Pino, principales accionistas de Ferrovial, que han repatriado sociedades tanto de Holanda como de Suiza.
Otro caso ha sido el de Demetrio Carceller, presidente de Damm, que trajo a España sociedades que tenía radicadas en el archipiélago portugués de Madeira, uno de los territorios europeos con un sistema fiscal más atractivo.