Los bancos acreedores de Abengoa decidirán a finales de enero el futuro del grupo energético tras confrontar los datos incluidos en un informe de KPMG y otro de Lazard. Las entidades dispondrán en las próximas semanas de un estudio elaborado por la consultora KPMG (previsiblemente a finales de enero) sobre la deuda de la multinacional española, las garantías aportadas hasta ahora, y las necesidades de financiación. Y antes del 18 de enero el banco de inversión Lazard, que trabaja para Abengoa, entregará un plan de viabilidad.
De las conclusiones que extraiga el denominado G7 -Santander, Bankia, Caixabank, Sabadell, Popular, HSBC, y Credit Agricole- se optará por aportar un nuevo préstamo a la compañía para que mantenga la actividad en enero o por dejar que se precipite ya la entrada en concurso de acreedores de Abengoa, el mayor en la historia empresarial española. Las fuentes consultadas estiman que entre las exigencias de los bancos estará el cambio de la dirección de la empresa y venta de activos; el consejo de administración del grupo sigue siendo el designado por sus principales accionistas (la familia Benjumea y sus socios en Inversión Corporativa, la sociedad que controla el 57% del capital de Abengoa), a pesar de la salida de Felipe Benjumea como presidente ejecutivo (fue sustituido en septiembre por José Domínguez Abascal, pasando a ser nombrado presidente de honor).
El G-7 tenía previsto firmar el miércoles a última hora un préstamo en total de 113 millones de euros con el que Abengoa pagará las nóminas de diciembre. El Instituto Oficial de Crédito, uno de los mayores acreedores públicos de la compañía sevillana, con cerca de 150 millones de euros de deuda, ha acordado aportar 8,7 millones de euros. Las entidades han exigido como garantía del préstamo acciones de la filial estadounidense de Abengoa, Abengoa Yield.
Las fuentes consultadas, cercanas a la banca acreedora de Abengoa, señalan que el préstamo aportado esta semana supone un acto de confianza de cara al futuro del grupo y que este pueda evitar la liquidación. No obstante, expertos en materia concursal indican que a la banca no le convendría la entrada en concurso de acreedores de Abengoa antes de fin de año porque supondría que las entidades tendrían que anotarse provisiones en las cuentas de este ejercicio 2015, y que lo más lógico sería que la multinacional se declarara en concurso antes del 28 de marzo de 2016 con un convenio de pago prácticamente acordado, lo que permitiría un concurso de acreedores ágil, corto y que evitara la liquidación de Abengoa.