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Nuevo frente abierto de Abertis con el Gobierno: 45 millones en el aire por las licencias de TV

La Caixa y Abertis tratan, por un lado, de cerrar lo antes posible la compra del 20% de Hispasat al Estado, pero también de convencer al Gobierno de que no retire a los grupos de TV las nueve licencias anuladas por el Supremo, porque dejaría de ingresar 45 millones de euros al año.

  • Isidro Fainé, presidente de La Caixa.

La operación de venta de un 20% de Hispasat por parte del Estado se está retrasando más de lo esperado. Abertis, el grupo de infraestructuras controlado por La Caixa, que ahora posee el 40,6% del operador público de satélites, lleva años tratando de tomar su control y poder así consolidar el grupo en sus cuentas.

Cuando todo parecía atado y bien atado para este mes de mayo, dos imprevistos se han cruzado en el camino. El primero, la marcha atrás de la francesa Eutelsat, que controla un 33,7%, y esta vez no ejercerá el derecho de tanteo en Hispasat, como sí hizo cuando vendió Telefónica; y el segundo, la inesperada sentencia del Tribunal Supremo, que declaró nula la adjudicación de nueve canales de televisión digital terrestre y que puede suponer una merma anual de ingresos para Abertis de 45 millones de euros.

El Gobierno, al calor de la presión ejercida por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para sacar el mayor provecho económico a la venta de Hispasat, ha querido traer a su terreno la sentencia del Supremo y convertirla en moneda de cambio frente a la propia Abertis y, cómo no, frente a los grupos de televisión Antena 3, que perdería tres licencias, Mediaset, Veo (Unidad Editorial) y Net TV (Vocento), que cederían dos licencias cada una.

La vicepresidenta les ha metido el miedo en el cuerpo a todos al anunciar que la sentencia se ejecutará en breve, algo que sería catrastrófico

Son nueve canales en total. Y si el Gobierno opta por trasladar al marco legislativo la sentencia tal y como ha salido del Supremo, estos grupos perderán sus licencias, que serían subastadas entre los operadores móviles para dar sus servicios avanzados de cuarta generación. Pero el roto para Abertis es mayúsculo, porque cobra en torno a 5 millones de euros al año a cada canal por transmitir su señal, según calculan fuentes del sector. Es decir, con nueve canales menos dejaría de ingresar unos 45 millones de euros cada año.

Así que son ahora MontoroJosé Manuel Soria (Industria) los que tienen la sartén por el mango de cara a las negociaciones con los grupos de televisión y con el transportista de la señal. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, les ha metido el miedo en el cuerpo a todos al advertir de que la sentencia se ejecutará en breve.

Es una posición de máximos, porque los grupos tratan ahora de que el Real Decreto que prepara el Gobierno con el plan técnico para implantar el dividendo digital (traspaso de los canales de televisión a los operadores móviles para nuevos servicios avanzados) sea lo más suave posible y no suponga la pérdida de todos los canales cuya adjudicación ha sido declara nula.

La Caixa y Abertis se baten el cobre ahora en Madrid para tratar de amortiguar el impacto de la sentencia y, a la vez, cerrar la compra de Hispasat

Sería la puntilla definitiva a los maltrechos grupos de comunicación, algunos rayanos ya con la quiebra técnica. Y es en este contexto en el que ahora se tiene que desenvolver Abertis. Su presidente, Salvador Alemany, su consejero delegado, Francisco Reynes, así como el propio Isidro Fainé, presidente de La Caixa, tratan ahora de amortiguar el 'tour de force' lanzado por el Ejecutivo.

No quieren pagar más del entorno de los 200 millones de euros pactados por el 20% de Hispasat, según confirman fuentes cercanas al proceso, pero tampoco quieren que sus clientes premium, los grupos televisivos, se queden sin canales, y ellos sin ingresos. Es decir, no se atreven a tensar más la cuerda con Montoro y su voracidad recaudadora en Hispasat cuando además también están en juego los jugosos ingresos televisivos.

En definitiva, lo que iba a ser una fácil salida ordenada del Estado de Hispasat (se quedará con un testimonial 5% además del control de Hisdesat, la filial segregada que controla las comunicaciones militares y de Defensa) se ha visto ahora intoxicada con el problema de las televisiones, lo que está alargando el cierre de la operación. En el sector confían en que el Gobierno tienda la mano finalmente y no quite a los operadores todas las licencias anuladas, todo un balón de oxígeno para los grupos de TV y para la propia Abertis.

En fuentes cercanas a la compañía catalana recuerdan que lo que está parando la toma de control de Hispasat son los ajustes con los vendedores (las estatales INTA, CDTI y Sepi), dado que el 'no' de Eutelsat ha trastocado sobre el papel el preacuerdo de compraventa.

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