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ACS estudia volver a incluir en balance su negocio de renovables tras fracasar su venta

La operación de venta de los activos de energías renovables no le ha salido bien a ACS, que se ha topado con múltiples problemas para darles salida. Ante esta circunstancia, el grupo de construcción, servicios y concesiones se plantea que estos activos vuelvan a formar parte de su balance, del que salieron al ser calificados como disponibles para la venta. Eso sí, la maniobra supondría volver a apuntarse la deuda asociada a ellos, que asciende a más de 3.000 millones de euros.

  • Las energías renovables, otro quebradero de cabeza para Florentino Pérez

La entrada de ACS en el sector de energías renovables le ha dado más de un quebradero de cabeza a la compañía que preside Florentino Pérez. Después de que durante los últimos años el grupo haya mantenido estos activos fuera de balance, la compañía se plantea volver al escenario inicial al haber fracasado la operación de venta a través de la que ha dado salida sólo a un pequeño porcentaje.

El mensaje llegó a los analistas a lo largo del encuentro que mantuvieron con la compañía la pasada semana, en el marco del Spain Investors Day, en el que el director general de la compañía, Ángel García Altozano, repasó la estrategia que ACS fijó para el futuro a mediados del pasado año, después de haber vendido el 3,7% de Iberdrola.

El directivo se refirió a las posibles desinversiones a realizar próximamente, casi todas ellas relacionadas con su participada alemana Hochtief y aseguró que no había ninguna decisión tomada al respecto de los activos de renovables que aún no se han vendido.

En este contexto, la compañía está contemplando diversas posibilidades aunque la que cobra más fuerza es una vuelta al pasado, es decir, volver a consolidar los activos que en su día salieron del balance de ACS al ser puestos a la venta.

En su día, la compañía participada por Banca March, los Albertos y el propio Florentino Pérez decidió poner a la venta la totalidad de su cartera de renovables con el fin de lograr liquidez con vistas a afrontar su asalto a la toma de control de Hochtief. Pero la operación también tenía otro fin: desmontar el argumento que Iberdrola esgrimía para no abrir la puerta de su consejo de administración a ACS: su carácter de competidor en el sector energético.

Desinversiones y desconsolidación de Iberdrola

Sin embargo, el paso del tiempo ha cambiado de forma significativa el escenario. ACS ha hecho caja con ventas como la de su participación en la concesionaria de infraestructuras Abertis y la mencionada del 3,7% de Iberdrola. Y, precisamente, en referencia a la eléctrica la posición de ACS es de salida y la participación que le resta (de la que tan sólo un 1,2% está realmente en manos de la constructora) es considerada ya como financiera y no como estratégica, según confirmó Altozano en la misma reunión.

De esta forma y dadas las dificultades que ACS ha encontrado para colocar sus activos de energías renovables, la empresa no descarta volver a consolidarlos en balance. Eso sí, la operación supondría volver a apuntarse la deuda relacionada con estos activos, que asciende a algo más de 3.000 millones de euros.

Este hecho estaría minimizado por la maniobra realizada por ACS a finales del pasado año, cuando sacó del balance la deuda referida a su participación en Iberdrola.

En cualquier caso, la decisión sobre los activos de renovables no se tomaría hasta no publicar los resultados de cierre de 2012 con el fin de que ACS pueda lucir una cifra de endeudamiento inferior a los 6.000 millones de euros (gracias a la desconsolidación de las partidas de Iberdrola y las renovables).

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