La financiación a través de los mercados sigue siendo una asignatura pendiente para ACS, que no consigue obtener un rating para llevar a cabo una gran emisión de bonos con la que aliviar sus problemas de liquidez. En este escenario, la compañía tiene que seguir vendiendo activos, incluso aquéllos que, al menos en teoría, debería conservar, como es el caso de los títulos de Iberdrola que aún posee, con los que debe atender el canje de los convertibles emitidos en su día.
ACS ha comunicado a la CNMV la venta a futuro de los algo más de 89 millones de acciones de la eléctrica
Este lunes, ACS comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la venta a futuro de los algo más de 89 millones de acciones de la eléctrica que aún están en su poder a un precio medio de 6,02 euros, una operación que le reportará ingresos por unos 540 millones. La empresa justifica esta maniobra con el argumento de minimizar “el riesgo de mercado asociado a su exposición a Iberdrola”. Un riesgo que, sin embargo, tenía perfectamente cubierto con el derivado de Natixis que decidió liquidar el pasado ejercicio.
Precisamente, este último movimiento dejó libertad a ACS para poder sacar rendimiento a los títulos de Iberdrola hasta que tenga que atender el canje de los bonos convertibles en acciones de la eléctrica. De este modo, el grupo de construcción, servicios y concesiones ha articulado sendas opciones de recompra de las acciones de Iberdrola que ha vendido. La primera será ejecutada en el último trimestre de 2018 y la segunda, en el segundo trimestre de 2019, precisamente las fechas de vencimiento de los bonos.
De acuerdo con el comunicado de ACS a la CNMV, la compañía prevé obtener un beneficio de 95 millones de euros con la operación. Sin embargo, el objetivo principal es lograr liquidez de forma inmediata para atender los compromisos financieros de la compañía.
La misma jugada con la autocartera
No es la primera vez que ACS recurre a una operación similar para financiarse. A comienzos de 2013 se deshizo de la totalidad de las acciones que tenía en autocartera, equivalentes por entonces al 6,4% del capital, y al mismo tiempo contrató instrumentos derivados para recomprarla tras un periodo máximo de tres años. Por entonces, la compañía obtuvo unos ingresos de 350 millones de euros por esta operación.
ACS quiere obtener una calificación para realizar emisiones de renta fija por parte de algunas de las principales agencias de rating
ACS esperaba obtener una calificación para realizar emisiones de renta fija por parte de algunas de las principales agencias de rating, un objetivo que persigue desde hace ya varios años. Las previsiones de la compañía apuntaban a que esta meta se lograría a lo largo de 2015. Al menos, eso fue lo manifestado por su director general, Ángel García Altozano, a comienzos del pasado año, durante la presentación de resultados de 2014.
Sin embargo, pese a no haber logrado la citada calificación, el rating parece haber dejado de ser prioritario para ACS. Así lo aseguraba el propio Altozano a los analistas hace tan sólo unas semanas.
Desde hace meses, la compañía busca comprador para su filial de medioambiente Urbaser con el fin de obtener ingresos suficientes para solventar las tensiones de liquidez que padece. Ni siquiera la reducción de la deuda, articulada principalmente por la salida a Bolsa de su filial de renovables Saeta Yield, ha sido capaz de aplacarlas.