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ACS disfraza de emisión de bonos la negativa de Natixis a seguir financiándole

La primera colocación de bonos de ACS en el mercado, consistente en una emisión de convertibles en acciones de Iberdrola, llegó tras el rechazo de Natixis a seguir adelante con la financiación del contrato de derivados con el que el grupo constructor mantiene una participación en la eléctrica cercana al 5%. La entidad francesa está de salida de España y su negativa a acudir a los procesos refinanciadores ya ha provocado concursos tan voluminosos como los de las sociedades patrimoniales de Joaquín Rivero y Bautista Soler y el de la autopista Ocaña-La Roda.

  • Florentino Pérez logra sacar adelante una emisión de bonos aunque obligado por las circunstancias

Tras más de dos años de intentos frustrados, ACS ha logrado finalmente acceder al mercado de renta fija para obtener liquidez con la emisión realizada el pasado viernes de bonos convertibles en acciones de Iberdrola por valor de 721 millones de euros. Pero lejos de responder a una vuelta de la confianza de los inversores, la maniobra tiene como trasfondo la negativa de Natixis a refinanciar nuevamente el contrato de derivados con el que el grupo constructor que preside Florentino Pérez controlaba casi un 5% del capital de la eléctrica.

El pasado ejercicio, ACS vendió gran parte del paquete accionarial que poseía en Iberdrola (que llegó a superar el 20%), lo que generó un considerable agujero en el balance de la constructora reflejado en las pérdidas de 1.926 millones de euros registradas al cierre del año.

Sin embargo, la huida del capital de la eléctrica no fue total: ACS se reservó un remanente de algo más de un 1%, además del sempiterno contrato de derivados de Natixis, presente desde que en 2007 iniciara el frustrado abordaje a la compañía que preside Ignacio Galán.

Sin embargo, tras sucesivas renovaciones de este contrato, el banco francés ha dicho “basta”. La entidad financiera gala está de salida de España y le comunicó a ACS que no estaba dispuesta a continuar con un proceso de financiación que, por otra parte, tampoco le ha reportado grandes beneficios y que, sobre todo, estaba planeado para un objetivo que ha terminado por saltar por los aires.

Cadena de concursos

No obstante, al margen de la peculiaridad de ACS, Natixis se ha cerrado en banda a muchos de los procesos de refinanciación en los que estaba presente. Y no eran precisamente pequeños.

Hace un año, la entidad gala rechazó firmar la refinanciación de las sociedades patrimoniales de Joaquín Rivero y Bautista Soler, lo que forzó a los empresarios a solicitar el concurso de acreedores para sus instrumentales, con un pasivo conjunto superior a los 1.600 millones de euros.

Natixis repitió la jugada con Rivero y la inmobiliaria Bami, participada por el empresario jerezano y también por la francesa Gecina, lo que acabó con la empresa española en los juzgados de lo mercantil para declararse en concurso.

Antes, Natixis había optado también por no conceder más prórrogas a la sociedad Autopista Madrid Levante, concesionaria de la vía de peaje AP-36 (Ocaña-La Roda), que también tuvo que recurrir a la figura anteriormente conocida como suspensión de pagos, dejando un pasivo de algo más de 400 millones de euros.

ACS, el siguiete objetivo

Como adelantó Vozpópuli, el siguiente objetivo tras el proceso de las instrumentales de Rivero y Soler era Florentino Pérez. Hasta el momento, Natixis había renovado sin problemas el contrato de derivados e incluso en condiciones ventajosas.

Sin embargo, el contrato no ha generado más que quebraderos de cabeza en la entidad gala, incluyendo requerimientos judiciales y visitas a los juzgados para declarar, tanto por las denuncias impuestas en su día por Iberdrola como por un accionista minoritario de ACS que impugnó las cuentas del grupo constructor de 2011, un caso que aún espera sentencia por parte del juzgado de lo Mercantil número 2 de Madrid.

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