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Adif convierte la licitación de un contrato de ingeniería en una subasta de precios sin criterio técnico

La empresa pública pone en marcha un concurso restringido para realizar auditorías de expedientes de obra de alta velocidad pero en la segunda fase, a la que han pasado 12 compañías, tan sólo establece el criterio económico, lo que derivará en bajas superiores al 50% para hacerse con un contrato presupuestado en cerca de 2,5 millones de euros.

  • Adif prescinde de criterios técnicos para licitar uno de sus últimos contratos de ingeniería

El sector de la ingeniería sigue de uñas con las Administraciones Públicas y su manera de licitar y adjudicar contratos. A las continuas reclamaciones por las ya célebres encomiendas de gestión a la pública Ineco, se añaden unos sistemas de licitación que contravienen las recomendaciones de los organismos internacionales debido al excesivo peso de la parte económica en detrimento de la técnica. En una de las últimas licitaciones, el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) subasta literalmente el contrato al prescindir de criterios técnicos en su última fase, lo que a buen seguro provocará unas notables bajas y el rechazo de los grandes grupos del sector.

Adif subasta literalmente el contrato al prescindir de criterios técnicos en su última fase, lo que a buen seguro provocará unas notables bajas 

Ante la insistente reclamación por parte de las patronales de ingeniería Tecniberia y Fidex de llevar a cabo licitaciones al modo de cómo se realizan en la mayor parte de los países de nuestro entorno, esto es, con una precalificación basada en criterios de experiencia y una segunda fase con criterios técnicos y económicos, Adif accedió a adoptar este modelo para licitar un contrato de auditoría de expedientes de obras de alta velocidad. Sin embargo, las características de la licitación la convierten en una subasta encubierta.

Así, en la primera fase Adif selecciona a 12 aspirantes, en lugar de un número entre cuatro y ocho, que son los que recomiendan los organismos multilaterales como el Banco Mundial. La concurrencia de tantas empresas ya desvirtúa de por sí el proceso, además de generar mucho más trabajo para la propia contratante, que debe estudiar muchas más ofertas.

Pero el principal problema viene en la segunda fase, en la que los 12 grupos seleccionados compiten por el contrato únicamente con criterios económicos. Como en la anterior fase tan sólo se tiene en cuenta la experiencia de las ingenierías en este tipo de contratos, la conclusión es que el criterio técnico, que hasta ahora estaba discriminado en detrimento del económico, es directamente inexistente en este caso.

Contratar a pérdidas

Los expertos consideran que este sistema derivará en una feroz competencia entre los concurrentes, que derivará en que el contrato se adjudicará con una considerable baja. Además, el procedimiento ahuyenta a los grandes grupos, que no están por la labor de llevarse un contrato a pérdidas.

“Para empresas más pequeñas, que estén apuradas económicamente, un contrato así es una tabla de salvación, para obtener algo de financiación y sobrevivir algún tiempo más”. Estas compañías realizarán ofertas muy agresivas para tratar de llevarse el contrato a cualquier precio, nunca mejor dicho.

Las ingenierías habían mostrado su disconformidad por el hecho de que los criterios técnicos tuvieran un peso muy reducido (en torno al 25%), al contrario de lo que sucede en países como Reino Unido o Francia. Pero este sistema elegido por Adif para, teóricamente, atender la demanda de las empresas del sector, elimina incluso ese pequeño porcentaje.

Las patronales han mostrado además su sorpresa por el método elegido por Adif, del que no se recuerdan precedentes. Y más para un contrato tan significativo como el de auditar expedientes de obras en el que se buscarían deficiencias y aspectos a corregir para el futuro.

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