¿Son las Inspecciones Técnicas de Vehículos una "máquina de hacer dinero" prácticamente sin riesgo, tal y como denunciaba en este medio la compañía Dekra hace unas semanas? Desde la patronal AECA-ITV se niega que su negocio sea tan sencillo como sentarse a obtener pingües beneficios. Sin embargo, los resultados económicos que tienen estas compañías hablan de suculentos dividendos, sin disponer en muchas ocasiones de grandes plantillas. En total, las principales empresas del sector que pertenecen a la patronal tal y como la propia organización muestra en su web obtuvieron un rédito económico de más de 80 millones de euros en 2013, un año en el que la economía general no se encontraba muy boyante.
En Andalucía o en Galicia, una sola empresa realiza todas las ITV, lo que le proporciona ingresos millonarios
Las comunidades autónomas tienen la competencia para manejar las concesiones administrativas de ITV, y esto ha producido muchos formatos diferentes, desde el modelo andaluz (donde una empresa pública de la Junta, Veiasa, tiene el monopolio y ganó 20,8 millones de euros en 2013 según el Registro Mercantil) al modelo gallego, donde la compañía Supervisión y Control tiene todas las ITV de la comunidad (12 millones de beneficio) o el madrileño, donde existe total libertad para abrir nuevas instalaciones bajo un criterio de mercado. En todos los casos los precios son tarifas, es decir vienen ya marcados por la administración autonómica, aunque las compañías pueden realizar algún 'truco' para ofrecer un precio más barato en momentos puntuales a través de ofertas. Los precios que se establecen son públicos, recuerda el secretario general de AECA-ITV, Luis Rivas, porque el servicio de ITV es un servicio público cuyo objetivo es garantizar la seguridad del parque de vehículos que circula por las carreteras. Por ello son las CC.AA. quienes deciden qué modelo implantan en cada sitio.
Sin embargo, la administración saca una buena tajada de cada vehículo que debe pasar la revisión. Según fuentes del sector, podríamos inferir que una media del 40% de lo que cuesta pasar la ITV a un vehículo de motor (la media viene a ser unos 40 euros aproximadamente) se lo llevan las administraciones estatal y autonómica en forma de IVA o de otros recargos. El otro 60% va para la empresa, que con esos ingresos debe hacer frente a los sueldos de la plantilla y a otros costes, y sobre todo rentabilizar la fuerte inversión inicial que requiere instalar una línea de inspección.
Beneficios millonarios
Casi todos los grandes grupos que operan en las ITV en España vienen registrando grandes beneficios en estos últimos años, beneficios que además se han mantenido en muchas ocasiones constantes dada la previsibilidad de los mismos (se puede calcular con bastante exactitud cuántos vehículos deben pasar la revisión en una determinada área, siempre teniendo en cuenta que algunos de ellos se dan a la 'insumisión' y deciden no pasarla). Por ejemplo, General de Servicios es un gigante con más de 400 empleados entre directos en indirectos (2013) y que facturó una cifra próxima a los 39 millones de euros entre 2009 y 2013 para ganar 12 millones de euros en el último año referido. Tiene 37 estaciones de ITV en 8 provincias. Su facturación, euro arriba euro abajo, apenas varió. Un negocio muy previsible.
Las administraciones se quedan, entre IVA y otros recargos, con aproximadamente un 40% del precio final que paga el usuario
Otro caso de éxito es el TÜV Rheinland, que dispone de 40 estaciones en España en plazas tan importantes como Madrid, País Vasco, Murcia o Barcelona. En 2013 ganó 7,46 millones de euros sumando sus distintas filiales. O de Atisae, que con 32 estaciones en varias autonomías es otro de los actores potentes del sector y se embolsó 3,2 millones de euros en 2013. Su cifra de negocio ha bajado de 79 millones en 2009 a 65 en 2013 y sus beneficios también cayeron, lo cual hizo que la empresa ajustara plantilla desde 1.400 hasta 1.162 empleados. Por su parte, la multinacional Applus se anotó unos 33 millones de euros de pérdidas, aunque desde la empresa se achacan a que la sociedad española recoge actividades de otros países y se anota sus minusvalías.
Sin embargo, no solo los grandes grupos (que controlan buena parte del mercado, dado que se encuentran presentes a través de participaciones o UTE en muchas otras estaciones que no llevan su nombre) tienen un buen negocio en las ITV. También otras estaciones aparentemente más pequeñas obtienen importantes réditos económicos de esta actividad. Por ejemplo tenemos la ITV de Barbastro (Huesca) que consiguió ganar 1,9 millones de euros en 2013, y cuyo beneficio no ha bajado del millón de euros en ninguno de los años de la crisis después de, eso sí, dejar muchos cientos de miles de euros en impuestos.
En el otro lado del péndulo, se encuentra el caso de Madrid, donde tras la liberalización en 2011 el número de empresas que han entrado a competir se ha multiplicado y muchas de ellas no han traspasado en este momento la barrera de la rentabilidad. Según fuentes del sector, algunas de estas estaciones se encuentran en una situación financiera complicada al no ser capaces de cubrir con sus inspecciones la inversión realizada para ponerse en marcha. Algunas de ellas, aseguran, pueden estar próximas a la quiebra. Según datos del presidente de la CAM, Ignacio González, las nuevas ITV supusieron una inversión de 75 millones de euros y la creación de 650 empleos. Ahora habrá que ver si estas cifras pueden mantenerse en el tiempo.
También otro de los grupos de ITV más grandes del país, los vallisoletanos de Itevelesa, perdieron unos 7 millones de euros en 2013 después, eso sí, de acumular ganancias millonarias en años anteriores. Este periódico ha intentado sin éxito ponerse en contacto con la empresa.