Definitivamente, el futuro de Distrito Castellana Norte, la anteriormente conocida como ‘operación Chamartín’, quedará en manos del nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid que resulte de las elecciones del próximo domingo. Sin embargo, durante la mañana del martes sobrevoló por el Palacio de Correos, sede del Consistorio, la idea de celebrar un pleno extraordinario el jueves para dar luz verde de forma definitiva a la reforma del plan urbanístico que posibilitará el desarrollo. Tras una intensa jornada de negociaciones, la alcaldesa, Ana Botella, desechó el planteamiento por no contar con el consenso del resto de fuerzas políticas.
En las primeras horas de la tarde, el Ayuntamiento de Madrid hacía público que el trámite definitivo para dar luz verde al desarrollo de Distrito Castellana Norte quedaba para la siguiente legislatura. En un comunicado, el Consistorio anunciaba la culminación de la redacción del Plan Parcial de Reforma Interior necesario para poner en marcha la operación, que supone una inversión de 6.000 millones de euros. “El documento queda totalmente listo y preparado para que pueda ser aprobado por la nueva Corporación que resulte de las próximas elecciones municipales”, reza la nota del Ayuntamiento.
Es decir, que la aprobación definitiva se ha podido hacer antes de las elecciones porque el Consistorio ha hecho los deberes (entre ellos la realización de 43 informes sectoriales y la tramitación de más de 2.200 alegaciones) pero se ha preferido evitar. “El actual Gobierno municipal entiende que debe ser la siguiente Corporación quien culmine este trámite, siempre que lo considere oportuno”.
Sondeo para un pleno
En realidad, la celebración de un pleno extraordinario el jueves para la aprobación del documento fue una posibilidad más que real durante las primeras horas del martes. El equipo de Ana Botella valoró la posibilidad de dar luz verde in extremis al trámite con el fin de aprovechar hasta el último momento la mayoría absoluta del PP y evitar así que los juegos de pactos y mayorías que serán necesarios en la nueva legislatura ahoguen el proyecto de Desarrollo Castellana Norte.
Sin embargo, consciente de que el momento para la aprobación de un trámite tan importante no era el más oportuno para despedir una legislatura, Botella determinó que para celebrar el pleno sería necesario contar con un amplio consenso del resto de fuerzas políticas del Ayuntamiento. Al menos, quiso tener el apoyo del Grupo Socialista para celebrar el pleno.
De esta forma, la alcaldesa buscaba no ser la única responsable a la que señalaran todos los dedos acusadores. Sin embargo, Botella no logró un consenso que llevaba tiempo buscando para la celebración del pleno extraordinario, que quiso celebrar antes para que no estuviera tan cercano a la celebración de las elecciones pero que fue imposible por el hecho de que no se habían terminado los trámites para la redacción del nuevo Plan Parcial.
Futuro incierto
Los últimos intentos se llevaron a cabo a lo largo de la mañana del martes, lo que dio pie a insistentes rumores que hablaban de la posible celebración del pleno. El Ayuntamiento puso fin a los comentarios con el citado comunicado, que terminaba finalmente con las cábalas sobre el futuro de Distrito Castellana Norte en la presente legislatura.
Eso sí, totalmente abierto está este futuro con vistas a la próxima. De la composición del Ayuntamiento dependerá la viabilidad del proyecto. Las encuestas hablan de un Consistorio con los poderes notablemente repartidos, con lo que serían necesarios muchos pactos para llegar a acuerdos sobre asuntos tan delicados. Falta un trámite, un pleno, una firma. Pero todo indica que costará sacarlo adelante.
En el aire quedan los planes de BBVA y Grupo San José, los accionistas de Distrito Castellana Norte, y también los de Renfe y Adif, que tienen que percibir aun una considerable cantidad de dinero por la cesión de parte de los terrenos en los que debería desarrollarse la operación.