Los esfuerzos de España en lo que se refiere a la competitividad de sus fábricas de automóvil (mano de obra barata y flexibilidad en la contratación) no ha encajado en los planes del primer fabricante de coches de Europa, Volkswagen. El presidente del grupo VW, que fue recibido esta semana por el Rey tras recibir la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica por parte del ministro de Industria, ha decidido adjudicar la producción del todocamino urbano de Seat (también conocido como SUV por sus siglas en inglés) a la planta de Skoda en la República Checa, y no a la planta que la marca tiene en Martorell.
Así lo ha anunciado el presidente de Seat, Jürgen Stackmann, este viernes en una entrevista a 'Bloomberg'. A finales de marzo, el consorcio alemán dio luz verde a la producción del nuevo modelo, que sería el primer todoterreno de Seat. Pero dejó en el aire dónde se fabricaría.
Stackmann ha justificado que la decisión de producir el vehículo en la planta de Skoda, ubicada en la ciudad de Kvasiny, se ha basado en los costes laborales, que son más bajos que los de la planta catalana.
“Es un paso extremadamente importante para nosotros estar presentes en el segmento de los SUV”, ha manifestado Stackmann. “Había capacidad disponible en Kvasiny y estamos contentos de poder usarla”, ha añadido, y ha señalado que la de Skoda es una factoría muy rentable.
El coche se ha diseñado íntegramente en el Centro de Diseño de Seat en Martorell y está previsto que se incorpore a las líneas de producción de la planta checa en 2016, para lanzarlo al mercado en la segunda mitad de ese año.
En la actualidad, la fábrica de Kvasiny produce los modelos de Skoda Roomster, Yeti y Superb y cuenta con una plantilla formada por unos 4.500 trabajadores; el volumen de producción diario es de 800 vehículos a tres turnos de trabajo.
En la presentación de los resultados de 2013 en marzo, Stackmann ya afirmó que la compañía confía en que la entrada en este nuevo segmento (ha crecido más del 40% en los últimos cinco años en Europa) contribuirá a alcanzar la “rentabilidad sostenible” de la marca, que acumula pérdidas desde 2007.
Seat registró el año pasado unas pérdidas netas de 149 millones de euros, lo que supone prácticamente quintuplicar los 'números rojos' de 30 millones contabilizados en 2012, pero obtuvo la mayor cifra de ventas de su historia, 6.473 millones de euros, un 6,3% más que el ejercicio anterior.