La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, desmintió en las últimas horas que Wanda Group, el holding chino propietario del Edificio España, vaya a abandonar el proyecto para desarrollar el inmueble y transformarlo en un hotel y en apartamentos de lujo. No fue el primer desmentido a la supuesta marcha de Wanda que sale del Consistorio y el tiempo le da la razón, por ahora, pero con matices. A día de hoy, el único factor que mantiene al imperio del multimillonario chino Wang Jianlin en Madrid es que no encuentra ofertas adecuadas para colocar el emblemático rascacielos.
Wanda está desmantelando la oficina que montó en la capital para gestionar el proyecto del Edificio España, situada en un inmueble colindante al propio rascacielos. También ha cortado sus relaciones con los equipos profesionales que estaban prestando sus servicios con vistas a desarrollar el proyectos: arquitectos, abogados, consultores de comunicación… Pero, aún con estas circunstancias, es cierto que todavía es pronto para decir que ha abandonado la idea de transformar el Edificio España en un hotel.
Fondos inmobiliarios europeos han mostrado interés por hacerse con el Edificio España
Eso sí, a día de hoy la propiedad del inmueble es lo único que mantiene a Wanda en torno al proyecto. El holding chino apenas ha recibido ofertas para hacerse con el activo y las que han llegado presentan cifras muy lejanas a los objetivos de Wanda.
La premisa del holding es obtener, al menos, una cifra similar a la que desembolsó en su día a Banco Santander por el Edificio España, en torno a los 265 millones de euros.
Sin embargo, las propuestas no llegan a la cota de 200 millones. Algunos fondos inmobiliarios europeos han mostrado un cierto interés por hacerse con el Edificio España. Entre las ofertas que han llegado hasta Wanda, una de las más consistentes provino de un fondo francés, que estaba dispuesto a pagar unos 190 millones.
Una estrategia de espera
Desde que los responsables de Wanda tomaron la decisión de no seguir adelante con el proyecto debido a las trabas que han encontrado en la Administración para llevarlo a cabo (básicamente la obligación de mantener la fachada, que sostienen tanto el Ayuntamiento como la Comunidad de Madrid), su principal planteamiento ha sido armarse de paciencia, sabedores de que no iba a ser sencillo deshacerse del inmueble.
Wanda cuenta con la ventaja de que quedan ya muy pocos activos singulares en Madrid
Fuentes del mercado señalan que Wanda cuenta con la ventaja de que quedan ya muy pocos activos singulares en Madrid, que ha sido en los últimos tiempos el objetivo de buena parte de los inversores. En este sentido, el cartel del Edificio España es, si cabe, más atractivo.
Sin embargo, el holding de Wang Jianlin, propietario también del 20% del capital del Club Atlético de Madrid, también cuenta con un notable inconveniente: el mercado sabe de las fricciones con el Ayuntamiento de Madrid para llevar a cabo el proyecto; los inversores saben que cualquiera que desee llevar a cabo la reforma del edificio se expone a una obra que se encarecerá y demorará en el tiempo debido a la obligación de conservar la fachada.
Evitar la depreciación del activo
Precisamente en este sentido, Santiago Aguirre, presidente de la consultora inmobiliaria Aguirre Newman, aseguró en una jornada sobre el sector organizada por IESE, que los inversores internacionales han dejado de interesarse por activos que dependen de trámites burocráticos con la Administración. Sin duda, una circunstancia provocada por la fallida gestión en torno al Edificio España.
La estrategia de Wanda pasa por esperar el momento ideal para vender el inmueble
La estrategia de Wanda pasa por esperar el momento ideal para vender el inmueble o bien, un cambio político que pueda desbloquear la situación, lo que suceda antes. Hasta entonces, no va a dar un paso adelante sobre el desarrollo aunque no cierra las puertas a nuevas propuestas de negociación por parte del Ayuntamiento.
Precisamente con vistas a los potenciales compradores del inmueble, a Wanda no le conviene la imagen del portazo definitivo al desarrollo del rascacielos, algo que podría minusvalorar aún más el activo. La llama debe permanecer encendida, aunque sea con el mínimo de oxígeno.