Oficialmente, la hipotética salida de Cataluña de España es algo que no preocupa a bancos y fondos, que en discursos de sus primeros espadas la califican de opción remota y absurda. Pero sobre el papel, genera cada vez más inquietud, como está empezando a plasmarse en grandes financiaciones concedidas recientemente. Diversas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli desvelan que grandes bancos e inversores internacionales han comenzado a incluir 'cláusulas anti-independencia' en nuevos contratos, con las que recuperarían su inversión en caso de que la independencia de Cataluña pasara del dicho al hecho.
Lejos de las implicaciones políticas e históricas, lo que preocupa a la banca y a los fondos es que esta noticia acarreara que Cataluña dejara el euro y la consecuente depreciación de la nueva divisa, que les haría perder mucho dinero. Por ello, algunas de las nuevas cláusulas están redactadas en torno a la moneda y fijan una amortización anticipada de la financiación en caso de que la comunidad autónoma dejara el euro, tal y como reconocen desde un gran fondo presente en la región.
Desde un despacho de abogados señalan que la inclusión de estas condiciones ha provocado que se hayan cancelado operaciones y que los inversores planteen alternativas, como llevarse la empresa en cuestión fuera de Cataluña antes de cerrar la adquisición. Una consultora preguntada al respecto añade otra de las opciones que se está empleando: "La cláusula establece que si hay independencia cualquier controversia se sometería a ley española".
Este tipo de cláusulas ya aparecieron en financiaciones durante la crisis griega, la posible ruptura del euro y el 'brexit'
La cosa no queda ahí. Hay más ejemplos: una empresa con sede en Barcelona consultada expone que aplica la 'cláusula anti-independencia' en sus contratos con proveedores, de forma que si Cataluña saliera de España pudiera cancelar los acuerdos y plegar velas rápidamente.
Este tipo de condiciones en los contratos financieros no son nuevas en la banca. Ya se aplicaron en Grecia cuando la economía helena se asomó al precipicio de la salida del euro entre 2010 y 2011. Posteriormente, se llegaron a incluir en España, cuando el país parecía abocado a un rescate e incluso se contemplaba una ruptura del euro. Y, más recientemente, estas cláusulas se han redactado en financiaciones que pudieran verse afectadas por el brexit.
Fuga de empresas
Al igual que en estos casos, el daño que está haciendo a la economía la amenaza de una ruptura catalana va más allá de la inclusión de una cláusula o el encarecimiento de la financiación. Sólo durante los seis primeros meses de 2016, casi 800 compañías de Cataluña han dejado la comunidad, y de ellas casi la mitad se han instalado en Madrid.
Los fondos también están preocupados por la inseguridad jurídica en negocios inmobiliarios
Pero no sólo la deriva independentista preocupa a los inversores. También la inseguridad jurídica que se ha acelerado en Cataluña con los últimos gobiernos, principalmente en el sector inmobiliario. Los fondos oportunistas se han llegado a plantear retirarse de operaciones de carteras con créditos inmobiliarios en Cataluña, ante la dificultad cada vez mayor de adjudicarse los activos y que les quiten pisos en venta vacíos.
En medio de este escenario, todo apunta a que el independentismo seguirá siendo un tema tabú en el sector financiero a corto plazo, al menos en los discursos públicos. Mientras que de puertas hacia dentro seguirá cada vez más presente en el día a día, con los planes de contingencia en el caso de las entidades catalana (CaixaBank y Sabadell) y con cada vez más 'cláusulas anti-independencia'.