Podría ser la mayor operación inmobiliaria de las últimas décadas en España. Santander ha revolucionado al mundo de los fondos con la venta exprés del ladrillo de Banco Popular, encargado a Morgan Stanley, como adelantó este medio.
El banco presidido por Ana Botín podría vender de golpe todos los activos y créditos inmobiliarios de Popular, valorados en 30.000 millones. El proceso va más rápido de lo que esperaban los propios inversores. Santander y su asesor han dado hasta final de mes para que los fondos invitados presenten ofertas no vinculantes. Y los precios que se están barajando son de unos 5.000 millones, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
Están ya trabajando en el proceso Blackstone, Apollo y Lone Star, y podría sumarse Cerberus. Son los grandes fondos oportunistas presentes en España, con mayor músculo financiero para afrontar una operación de este tipo. Por ello han sido los elegidos a la misma. No se cierran las puertas a que entren nuevos inversores.
La idea del proceso es que el comprador se quede un 51% (o más porcentaje) de una sociedad conjunta con Santander, con los 30.000 millones del Popular. Estos activos están provisionados al 69%, por lo que tienen un valor neto de casi 9.250 millones. Se calcula que para hacerse con un 51% de estos activos y créditos, más quedarse con Aliseda (que Santander recompró la semana pasada), el comprador debería pagar unos 5.000 millones.
La clave, después de verano
Al margen de las ofertas por el 51%, no se descarta que alguno de los fondos se descuelgue y ponga sobre la mesa una propuesta por un paquete más pequeño de activos. Santander no cierra la puerta a ello. Lo que planea este grupo es escuchar primero las propuestas, analizarlas durante verano, y negociar la letra pequeña entre septiembre y diciembre.
Ésta es la operación que llevaban esperando los grandes fondos oportunistas desde 2011. Estos inversores llegaron a España durante lo peor de la crisis con la compra de pequeñas carteras de créditos y plataformas inmobiliarias, con la vista puesta en que en algún momento surgieran grandes oportunidades como la del Popular.
De hecho, llevan un par de años quejándose de que las carteras que salen al mercado son demasiado pequeñas (de 500 a 1.000 millones) para sus intereses, ya que surgen otro tipo de competidores que disparan los precios y les dejan sin activos.
Se da además la circunstancia de que los fondos que están en este proceso levantaron capital a final del año pasado para invertir en el Sur de Europa. En concreto, 15.000 millones de euros. Por lo que tienen liquidez para operaciones como la del Popular.
Los tres fondos y Cerberus han protagonizado grandes adquisiciones en España durante la crisis. Blackstone se quedó la macrocartera de hipotecas morosas de Catalunya Banc, de 6.400 millones. Apollo compró Altamira, varias carteras y Evo Banco. Y Lone Star se impuso en el Proyecto Octopus (4.500 millones en grandes créditos inmobiliarios), compró Neinor y lo sacó a bolsa, y ha pactado recientemente la adquisición de Novo Banco en Portugal.