Juan Miguel Villar Mir planeó dar un golpe de efecto en el sector constructor en plena crisis, durante los años 2012 y 2013, cuando barajó operaciones de fusión del negocio constructor de OHL con ACS o Sacyr. Y esto, con el objetivo de que el grupo que presidía se convirtiera en una gran compañía de concesiones.
La primera fase de la operación consistía en escindir OHL en dos empresas: una que agrupara los negocios de construcción e industrial, por los que no apostaba; y otra con los activos de concesiones y desarrollos. A continuación, negociaría una fusión de la sociedad constructora con otra grande del sector, con el objetivo de salir a medio plazo de la resultante y controlar al 100% la sociedad concesionaria.
Para ésta también tenía grandes planes: con ella incrementaría su presencia en Abertis, de la que OHL tenía un 10%, incluso hasta el punto de llegar a convertirse en el socio mayoritario.
Villar Mir logró cerrar un buen número de operaciones en aquella época de incertidumbre. Sin embargo, la más osada y complicada de todas se topó con la negativa de los socios de las otras compañías implicadas. Y el veterano empresario nunca fue amigo de operaciones hostiles.