La banca española aprueba los test de estrés. Los resultados de la EBA muestran que en el escenario más adverso las entidades españolas cumplirían todas holgadamente con niveles de capital por encima de los mínimos teóricos del 5,5%. La entidad más sólida es BFA-Bankia, que en un escenario adverso en 2018 contaría con un ratio de capital regulatorio (CET1 transitorio) del 10,6%. En el otro extremo, como entidad más débil, estaría Banco Popular, con un 7,01% de capital, que caería al 6,62% si el capital se estima bajo el paradigma de fully loaded (es decir, sin efectos transitorios).
Los dos grandes bancos españoles, Santander y BBVA, cumplen también sobrados con los requerimientos de capital en un escenario estresado. Así, la entidad presidida por Ana Botín contaría con un CET1 del 8,7%, mientras que el banco presidido por Francisco González ase quedaría en el 8,3%, también muy por encima de los mínimos teóricos. Por encima de ambos estaría otro de los grandes, Criteria-Caixabank, que llegaría al 9,0% de capital principal, mientras que Sabadell se situaría por debajo, con un 8,2% (ver gráfico inferior, facilitado por el Banco de España).
En sus presupuestos para España, la EBA planteó un escenario adverso que incluía entre otras variables unos crecimientos (y caídas) del PIB del 0,6% en 2016, del -0,8% en 2017 y del 0,2% en 2018. Por su parte, la bolsa caería consecutivamente un 26%, otro 24,9% y un 16,6%, mientras que el bono español a 10 años dejaría los terrenos próximos a cero se dispararía al 2,9% en 2016, al 3,2% en 2017 y al 3,1% en el año 2018.
Un impacto de 50.000 millones menos en capital
En su conjunto, el escenario más adverso en el año 2018 supondría para la banca española una pérdida de 50.197 millones de euros en capital regulatorio, unos 3.86 puntos básicos. Esto sitúa a las entidades españolas en la franja alta de países más perjudicados, junto con Reino Unido (-59.668 millones de euros, 4.00 puntos básicos) y por encima de las bancas italiana (-31.903 millones, 4.09 p.b.), francesa (-41.917 millones, 2.86 p.bp.) y alemana (-42.714 millones, 5.37 p.b.). Las entidades irlandesas, por su parte, perderían en su conjunto apenas 7.213 millones de euros en el escenario estresado, pero al tener un tamaño comparativamente menor impacta más en su capital total (-7.10 puntos básicos).
Los resultados de los test de estrés de la Autoridad Bancaria Europea (EBA) muestran en suma un impacto en el capital para las 51 entidades de -3.83 puntos básicos. Serían en total más de 268.000 millones de euros en capital regulatorio que las mayores entidades financieras de la zona euro perderían por deterioros e impactos en sus carteras crediticias y de activos. Como curiosidad, y muestra de la debilidad que atraviesa la banca alemana, sería esta la única que en un escenario no estresado perdería capital: 4.463 millones de euros en su conjunto.
En términos relativos (teniendo en cuenta el tamaño del balance de cada entidad) tres bancos españoles se situarían en el top ten de entidades que verían destruir menos capital
Estos volúmenes de impacto, sin embargo, son absolutos. En términos relativos (teniendo en cuenta el tamaño del balance de cada entidad) tres bancos españoles se situarían en el top ten de entidades que verían destruir menos capital en base al paradigma de capital no transitorio, o fully loaded. La más sólida en este caso sería Criteria-Caixabank, tercera a nivel europeo, que tan solo perdería 184 puntos básicos de capital. Después se situaría Banco Santander (5º puesto) con una destrucción de capital de 199 puntos básicos en el escenario adverso. Y en la octava posición del ránking de Europa se encontraría BBVA, con un impacto negativo en su capital de 208 puntos. Las otras tres entidades españolas evaluadas ya se situarían en niveles más mediocres o incluso en la zona baja de la tabla, como es el caso de BFA-Bankia (-416 p. b.).
Monte Dei Paschi di Siena, la entidad más afectada
En el conjunto de la zona euro, la entidad más golpeada por los escenarios estresados sería Monte dei Paschi di Siena, que sufriría un impacto en su capital de casi un -15%. Las siguientes entidades más afectadas serían el Allied Irish Bank irlandés y el NV Bank holandés (casi un -9%), seguidos por el Royal Bank of Scotland y NRW Bank, que por su parte sufrirían un impacto negativo próximo al -7% de capital principal, según los datos de la EBA. Según este criterio, los bancos españoles no se encontrarían entre los más perjudicados, con caídas de capitalización de entre del -3% y el -5% (ver gráfico inferior).
Un test para medir al 70% del sector
La EBA en esta ocasión ha publicado los resultados de los 51 bancos europeos (de los que seis son españoles) más relevantes, a diferencia de los test de 2014, cuando fueron 123 las entidades examinadas. A pesar de que el número de bancos analizados es menor, la propia autoridad bancaria ya señaló durante las fechas previas que esto solo será una muestra, ya que en realidad han pasado las pruebas de resistencia muchas más entidades, hasta alcanzar un 70% del sector bancario europeo por volumen de activos. Buena parte de los bancos testeados pero excluidos de los resultados publicados están en el sur europeo, según advirtió la agencia de calificación Fitch en una reciente nota explicativa.
Solo en España, por ejemplo, se ha pasado unos test de estrés que evaluaban a 15 entidades a uno en el que tan solo seis pasarán las pruebas públicamente. En Italia la cifra ha caído de 15 a tan solo 5, mientras que en Portugal ningún banco verá su resistencia puesta en cuestión. Tampoco se conocerán los resultados de la banca griega, eslovena y chipriota.
La propia EBA ha diseñado unas pruebas de resistencia distintas a las de 2014, ya sin el esquema de aprobado/suspenso que se había fijado entonces
En este caso, la propia EBA ha diseñado unas pruebas de resistencia distintas a las de 2014, ya sin el esquema de aprobado/suspenso que se había fijado entonces. Así, frente a unos límites de capital de 8% y 5,5% para los escenarios central (baseline) y estresado (stressed), en esta ocasión los datos publicados de cada entidad tan solo muestran sus niveles de capital en función de cada supuesto teórico. A pesar de esto, fuentes del mercado han señalado que será inevitable hacer una cierta comparativa respecto al esquema de hace dos años, y que por lo tanto se considerarán suspensas, en la práctica, aquellas entidades que no superen el 5,5% de capital principal en un escenario deteriorado.