Los bancos españoles se muestran preocupados por el escenario postelectoral abierto tras el 20 de diciembre. No solo por el varapalo que los mercados han ocasionado a las entidades en Bolsa (en su conjunto han perdido más de 17.000 millones en una sola jornada), sino por la incertidumbre que se anticipa en un escenario a corto y medio plazo. Así lo ha podido constatar Vozpópuli a través de diversas fuentes del sector bancario y financiero.
Quien más claro se ha expresado es el presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, quien cree que el resultado electoral "manifiesta las preferencias políticas variadas que existen hoy en España". Pero dichas preferencias distan de haber sido determinantes, por lo que el horizonte no permite ver un gobierno claro en el corto plazo. La falta de un mandato claro "obliga a los políticos elegidos a buscar grandes pactos de Estado, antes imprevisibles, poniendo por delante el bien del país", según ha explicado este responsable de uno de los principales bancos del país.
Para Oliu no es posible valorar estos pactos hasta que no se lleven a cabo, si bien tiene claro que ha de ser el partido más votado el que tome la iniciativa para intentar buscar soluciones para formar gobierno. Y cuanto más tiempo se tarde en encauzar las negociaciones, mayor será la incertidumbre sobre la economía y las finanzas, por lo que "debería resolverse cuanto antes para mantener el ritmo económico necesario", según explica.
"Importantes desafíos por delante"
La banca española no puede ocultar su preocupación ante el escenario político de futuro. "El parlamento tan fragmentado impone importantes desafíos por delante", reconocen los analistas de BBVA Research en un informe de este mismo lunes. En su opinión, la falta de una mayoría absoluta y las imaginables dificultades para alcanzar acuerdos estables "liderados por el PP o el PSOE, son una fuente de incertidumbre de cara al futuro", reconocen. Un punto de vista similar adoptan desde el departamento de análisis de Bankinter, quienes en una nota de este mismo lunes anticipan que "el plazo para la formación de Gobierno podría exigir cierto tiempo debido a un reparto de los escaños entre un mayor número de partidos políticos que en elecciones anteriores". Es decir, que no se formaría un gobierno estable por lo menos hasta mediados de enero, si no más tarde.
Los analistas de Bankinter creen que no se formaría gobierno como muy pronto a medidados de enero
Bancos extranjeros como Nordea ven que "las nubes se acaban de oscurecer sobre España". En su último informe de urgencia se muestran preocupados porque las combinaciones ideológicamente más coherentes (PP y C's, o PSOE y Podemos) no alcanzan el nivel necesario para formar gobierno. "De hecho, los resultados apuntan a una gran coalición entre PP y PSOE, que dispondría de una mayoría cómoda. Sin embargo, como las dos formaciones discrepan radicalmente en sus diagnósticos para España, la formación de dicho gobierno no será fácil, y otras alternativas, incluyendo un gobierno minoritario, serán examinados con precaución", anticipan.
En la medida que PSOE y PP discrepan tanto en sus soluciones, desde Nordea temen que dicho Ejecutivo supondría un importante freno a la senda de reformas acordada con Bruselas durante los últimos años. "Desafortunadamente, la senda de reformas está lejos de estar completada, por lo que un freno de este tipo oscurecerían los pronósticos para la economía española considerablemente, especialmente a largo plazo", reconocen, al tiempo que dicen estar "decepcionados" por el escaso resultado obtenido por Ciudadanos, la formación más concienciada con las reformas necesarias. "El hecho de que Podemos lo haya hecho considerablemente mejor que C's envía señales preocupantes sobre el apoyo a las reformas económicas", constatan.
Los mercados financieros esperaban un resultado más favorable a continuar con la senda de reformas emprendida desde 2012; es decir, un gobierno de PP y Ciudadanos. En la medida que los resultados suponen una decepción, "los activos españoles están condenados a sufrir en los próximos días". Los pronósticos de los inversores, de cara a futuro, hablan de un gobierno débil y eso se reflejará desde este mismo lunes en la evolución de las bolsas y la prima de riesgo, "pero la magnitud del golpe dependerá de las políticas que se lleven a cabo", señalan desde Nordea.
Preocupación por la consolidación del sector
Otros responsables del sector financiero han optado por no exponerse públicamente, si bien mantienen una línea de preocupación similar a la expresada por el responsable de Sabadell. Los futuros pactos y coaliciones se presentan como más "complejos e inciertos" que nunca, lo que supone un elemento de inestabilidad para un sector financiero que se enfrenta a un buen número de desafíos en el corto y medio plazo. Por un lado está la anunciada ronda de fusiones bancarias; la rentabilidad de los bancos está en mínimos históricos, lo que ha llevado al Banco de España a impulsar una mayor consolidación del sector, si bien la falta de un gobierno fuerte puede posponer esta consolidación de forma indefinida.
También inestable se advierte el futuro de Bankia, una entidad participada mayoritariamente por el Estado y que se enfrentará en la próxima legislatura a una casi segura privatización. El problema es que, a juzgar por las opciones defendidas por los principales partidos, los planes de PP (vender cuanto antes), de PSOE (vender cuando se pueda recuperar) y de Podemos (no vender) parecen casi irreconciliables.
Pero el principal riesgo al que se enfrenta la banca es el de la "confianza económica", que tal y como señalan los analistas de la agencia de calificación Fitch, "podría verse dañada" ante un amplio periodo de incertidumbre política y la posibilidad de una reversión de las reformas y medidas de ajuste llevadas a cabo durante la legislatura. El otro gran desafío que afrontará España, en opinión de esta agencia de rating, será la posibilidad de encontrar un acuerdo político "mutuamente aceptable" entre Madrid y Barcelona respecto a la reforma territorial del país.