La banca española afronta su enésima reconversión industrial. En abril de este año, Banco Santander anunció un expediente de regulación de empleo (ERE) que ha acabado afectando a unas 1.290 personas, especialmente en la filial española y en Servicios Centrales. Esta misma semana se ha conocido que Banco Popular prepara un recorte de plantilla que podría suponer la salida de hasta 3.000 trabajadores, y hasta otros 2.000 empleados en BBVA, mientras que Banco Sabadell ha reconocido que estudia su propio ajuste, aún sin concretar.
Poco a poco los augurios publicados por la Fundación de Cajas de Ahorros (Funcas), que preveía unos 15.000 despidos y el cierre de hasta 3.000 oficinas en tres años, van resultando menos increíbles. Y es que ante un escenario de tipos de interés y euríbor próximos a cero (cuando no directamente en tasas negativas) han empujado a los bancos a acelerar los ajustes para mejorar sus ratios de eficiencia.
Los perfiles más demandados y valiosos para las entidades financieras españolas son aquellas personas capaces de trabajar con big data y gestionar grandes cantidades de información
Pero los ajustes llevados a cabo por las entidades no solo buscan reducir costes. El sector se enfrenta a un cambio de paradigma y las entidades consideran que no todos sus actuales empleados cumplen con el perfil idóneo para adaptarse a ese nuevo esquema. Fuentes del sector lo dicen claro: "Sobran bancarios y empleados de caja y faltan ingenieros y matemáticos". Ahora mismo los perfiles más demandados y valiosos para las entidades financieras españolas son aquellas personas capaces de trabajar con big data y gestionar grandes cantidades de información.
¿Por qué ese interés de los bancos por contratar a perfiles no bancarios? Una vez que los servicios financieros básicos (transacciones, ingresos, préstamos...) se han automatizado gracias a los avances tecnológicos, dejan de ser el único foco de ingresos de las entidades. El objetivo es poder aportar más servicios con valor añadido y adaptados a cada cliente, y allí juega un papel esencial la capacidad que tenga cada banco de gestionar sus bases de datos. "Será muy valiosa la gente capaz de cruzar los datos de sus clientes para hacerles llegar productos, servicios y ofertas exclusivas y adaptados a estos", explica un alto cargo del sector. La banca cree que, apoyado por la tecnología y gestores especializados, el asesoramiento a sus clientes puede dar un salto de calidad sin precedentes durante los próximos años, lo que supondrá a su vez un incremento de la utilidad y el valor del sector bancario en su conjunto.
Una nueva realidad en la banca española
Cada vez menos clientes pasan por las sucursales y cada vez más realizan la mayoría de sus operaciones diarias a través del móvil o el ordenador, dejando en muchos casos la atención presencial solo para aquellas cuestiones de más valor o complejidad. Esta realidad creciente choca con el hecho de que los bancos están atravesando una crisis de ingresos y beneficios, y que los accionistas reclaman acciones para recuperar las rentabilidades de dos dígitos. Tanto es así que el propio BCE ha recomendado a los bancos españoles que incrementen cuanto antes las comisiones que cobran a sus clientes.
"Cobrar comisiones por servicios que no tienen valor añadido no aporta nada y no es adecuado reputacionalmente"
La mayoría de entidades, además de invertir grandes cantidades a la transformación digital, están optando por soluciones que aporten valor añadido a los clientes y por incrementar las comisiones en productos no estrictamente bancarios. Son, por ejemplo, los gestores remotos de Bankia, Liberbank o ING (entre otros), o las oficinas multiubicación de Sabadell. Lo explicaba abiertamente este viernes el consejero delegado de este último banco, Jaime Guardiola: "La cuenta corriente es el producto estrella de la banca, pero no tiene rentabilidad. Creo que un mecanismo natural que si se explica bien ha de ser entendido es que una parte de esos servicios se ha de materializar de forma más directa. Nos iremos moviendo hacia allí pero cada uno con una estrategia", advirtió.
"Cobrar comisiones por servicios que no tienen valor añadido no aporta nada y no es adecuado reputacionalmente", reconocía por su parte José Sevilla, consejero delegado de Bankia. La estrategia del banco nacionalizado se está sustentando en dos ejes principales: por un lado, automatizar las sucursales especializadas en operativa más sencilla (oficinas ágiles) y a la vez dotar de más recursos a las oficinas de más peso comercial. Y por otro lado, ofrecer políticas de cero comisiones a los clientes más vinculados, a la vez que se cobran más comisiones por otros servicios más valiosos. "Queremos generar más comisiones con fondos de pensiones y seguros. Hay todo un bloque de generación de comisiones que se puede incrementar", tal y como señaló el número dos de Bankia este pasado viernes.