Australia vuelve a dar quebraderos de cabeza a ACS. Cimic, filial del grupo español en el país oceánico, ha protagonizado en los últimos días un espectacular desplome en la bolsa local tras publicar unos resultados semestrales que han sorprendido negativamente al mercado debido a las pobras cifras de flujo de caja. En apenas tres sesiones, los títulos de Cimic han perdido un cuarto de su valor, aproximadamente 1.500 millones de euros.
De esta forma, en un periodo de tiempo récord la compañía ha echado por tierra el efecto que había tenido su programa de recompra de acciones, de hasta un 10% del capital, aprobado a finales del pasado ejercicio. La compañía, que invirtió algo más de 300 millones en la compra de acciones propias, acumuló un avance del 66% hasta finales del pasado mes de mayo. Por entonces, las acciones de Cimic superaron la cota de los 39 dólares australianos. Este viernes cerraron en 27,54, casi un 30% por debajo.
Las cuentas semestrales defraudaron a los inversores pese a que el beneficio neto se elevó un 3% en relación con el registrado en el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, las cifras estuvieron sensiblemente por debajo de lo que esperaban los analistas. Las acciones de Cimic ya sufrieron un serio revés a comienzos de este mes de julio, cuando el banco de inversión Morgan Stanley aseguró en una nota que los beneficios que está registrando la compañía no tienen correspondencia con sus pobras cifras de flujo de caja, con lo que ponía en duda la solidez de las cuentas de la compañía.
El revolcón de Cimic en el mercado también supone un contratiempo para su primer ejecutivo, Marcelino Fernández Verdes, llamado a ser el nuevo consejero delegado de ACS. Del desempeño en Bolsa de la empresa depende un cuantioso bonus en forma de opciones sobre acciones que Fernández Verdes puede empezar a ejecutar a partir del primer trimestre del próximo año.
Problemas en los tribunales
Precisamente, esta circunstancia generó polémica en Australia, toda vez que el citado programa de recompra de acciones aprobado por el consejo que comanda el propio Fernández Verdes influyó de forma decisiva en el excelente comportamiento de las acciones de Cimic hasta finales de mayo.
Agrupaciones de socios minoritarios elevaron protestas por el sistema de retribución de Fernández Verdes al considerarlo excesivo. En el punto más elevado de la cotización de Cimic este año, el bonus del primer ejecutivo de la compañía australiana se hubiera ido por encima de los 13 millones de euros al cambio.
Bajo su anterior denominación, Leighton, la compañía padeció múltiples problemas financieros, hasta el punto de que una de las labores que ha tenido que llevar a cabo Fernández Verdes ha sido un profundo ajuste da base de ventas de activos. Leighton llegó a perder incluso la aprobación de las autoridades locales como contratista.
Cuando parecía que todo estaba solucionado, Cimic afronta nuevas dificultades. Además de la reacción del mercado ante los resultados, la compañía ha sido denunciada ante los tribunales de Emiratos Árabes por su socio Al-Habtour, con el que constituyó una empresa conjunta con el fin de desarrollar proyectos en Oriente Medio. La demanda se basa en el hecho de que la compañía emiratí considera que la supuesta mala gestión de la alianza ha sido clave para explicar sus cuantiosas pérdidas.