"Tenemos muchísimos problemas con los taxistas. Pero hay un protocolo y las órdenes que damos a nuestros conductores es que tengan paciencia. Nosotros pagamos la novatada por ser nuevos, nuestros hijos lo tendrán más fácil porque será una cosa normal que haya VTC y lo que hay no es nada para lo que viene. Nos tiran ácido en los coches, se atraviesan para insultarnos. Yo tengo dicho a todos los conductores que está prohibido salir del coche mientras pase esto, subir las ventanillas, llamar a la policía y grabar lo que pasa". Así habla Arturo (nombre ficticio), quien posee una empresa de licencias VTC que trabaja con las grandes plataformas (Uber y Cabify). Arturo asegura que vendió su licencia de taxi hace dos años para meterse en el negocio de las VTC "porque es el futuro". Y en sus palabras, muestra rencor hacia el sector del taxi, quien asegura que les hacen la vida imposible.
"La policía tiene que luchar más y a la gente que haga esto quitarle las licencias de coche para que escarmienten. Nos buscan en cualquier sitio, te adelantan, te frenan para ver si le das por detrás, ves que salen por una calle, te tiran huevos, piedras, y yo he tenido suerte y no hemos tenido nada grave que nos hayan pegado con un palo, por ejemplo, otra gente sí", asegura.
Si entran 2.000 licencias más, nosotros trabajaremos, los taxis van a sufrir mucho más"
Juan también es conductor de VTC y trabaja con Cabify: "Mi actitud es siempre pasar, lo mejor es ni mirarles, así evitas el enfrentamiento, si entras al trapo al final terminas mal. Procuro siempre guardar distancias, les dejo espacio, que entren, no voy peleándome con el tráfico. Yo he sido taxista y no me cuesta nada. Cuando era taxista me pitaba todo el mundo y ahora solo me pitan ellos", comenta entre risas. "También es cierto que cuando empecé había patrullas vecinales, sobre todo de Elite, que son los más guerrilleros. En cuanto te veían llamaban a la policía alegando el artículo 182 que dice que no podemos captar clientes por la calle, pero ellos consideran que así captamos clientes cuando no es así, quien capta los clientes es Cabify, no yo. Eso era un problema porque no podías estar en un sitio parado mucho tiempo. Como la policía se cansó, salvo que estemos en aeropuertos, estaciones, hoteles, pues no van. Antes de noviembre de 2015 al salir de la base había que ir con hoja de ruta, pero ahora sí que podemos. No hace falta hoja de ruta".
Tenía amigos taxistas y algunos ni me hablan. Yo no tengo la culpa"
Juan asegura que tenía amigos taxistas que ya no le hablan. "Y no es mi culpa querer trabajar". También extaxista, está satisfecho por su paso a la VTC, donde adquirió una licencia por 20.000 euros cuando en el taxi le pedían 150.000. "Con otros 30.000 euros de coche he hecho la inversión y ahora, a ir amortizando. En cuanto al trabajo no hay color, no hay problema con los clientes que te digan que vaya vuelta que estamos dando. En el taxi a veces se te subía gente que pensabas que te iban a atracar, también se me han ido sin pagar. Esto aquí no pasa. Aquí todo el mundo se comporta porque todo el mundo está fichado.
"Me he tenido que cambiar de piso"
Algunos taxistas también denuncian agresiones similares en dirección contraria. Tito Álvarez, el líder de Elite Taxi, muestra a este diario una denuncia policial donde se asegura que en marzo de este mismo año recibió amenazas de muerte a través de Facebook, donde es muy activo: "Puto gordo, te tocará tu momento gorrino, ponte una cámara a las espaldas", por parte de un perfil llamado Daniel Vargas.
"Me decían que si estuviera en su país ya estaría muerto", dice el portavoz de Elite
"Tengo tres denuncias y me he tenido que cambiar de piso. Me han amenazado a mí y a mi familia si no paraba. Compañeros tuvieron que hacer guardia en la puerta de mi casa. Me han amenazado de muerte muchas veces gente que trabaja para Cabify, de gimnasio, de países del este, y que si estuviera en su país ya estaría muerto".
"Estamos seguros de que los coches los han quemado ellos. En Marbella ya pasó con la empresa Más que Ocio en 2015. Les sale una campaña publicitaria de la hostia. Y habían sido ellos". En Barcelona se acusó a los taxistas en 2015 de que habíamos quemado los coches de UberPop. Y luego no se demostró nada", concluye el líder sindical, que este próximo 30 de mayo ha organizado junto a otros una gran manifestación en Madrid.
Este periódico se ha puesto en contacto con Cabify, que ha preferido no hablar del tema, al igual que Uber. Se intenta no asustar al público o dar la idea de que coger una VTC puede ser peligroso.