En estos días se cumplen dos años desde que Bill Gates, propietario de la mayor fortuna del mundo, aterrizó en el capital de FCC, por entonces como segundo accionista de la compañía detrás de Esther Koplowitz. El balance hasta el momento es poco alentador debido a la errática trayectoria del grupo constructor y de servicios. De hecho, las minusvalías latentes que acumula en esta inversión el cofundador de Microsoft se aproximan a los 60 millones de euros.
A finales de octubre de 2013, Gates adquirió aproximadamente un 6% de FCC, proveniente de la autocartera que la compañía poseía en aquel momento. La inversión del empresario estadounidense fue de algo más de 113 millones de euros. Desde entonces, el precio de las acciones de la compañía presidida por Esther Alcocer Koplowitz acumula un descenso en torno al 55%, que ha hecho que el valor de la participación de Gates sufra un notable deterioro.
No obstante, es difícil establecer las cifras exactas de minusvalías latentes de Gates debido a la ampliación de capital que llevó a cabo la compañía a finales del pasado año. El empresario estadounidense no emitió comunicación alguna a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), de lo que se deduce que acudió a la misma ya que, de lo contrario, su participación hubiera descendido del umbral del 5% del capital, lo que obliga a informar al organismo supervisor.
En la compañía no hay constancia de que acudiera ni de lo contrario y se remiten a la información proporcionada por la CNMV. Si Gates suscribió los títulos que le correspondían por su participación anterior a la ampliación, las minusvalías latentes están en torno a los 60 millones de euros. En el caso de que no acudiera, la cifra se quedaría en poco más de 36 millones, ya que cabe tener en cuenta el notable descuento con el que se efectuó la operación.
Efecto poco duradero
El efecto de la entrada de Gates en el capital de FCC se dejó sentir en las sesiones inmediatamente posteriores al anuncio de la operación. Los títulos de la constructora subieron casi un 15% en tiempo récord. Sin embargo, los inversores volvieron a dar la espalda a la empresa debido a la incertidumbre generada por las negociaciones de la entonces primera accionista, Esther Koplowitz, con la banca acreedora para refinanciar su deuda personal.
Precisamente, como consecuencia de esas negociaciones, Koplowitz vendió un 3,8% de FCC a finales de 2013, una operación que permitió la entrada en FCC de otra gran fortuna: George Soros, que adquirió la mayor parte del paquete puesto a la venta por la empresaria.
A lo largo de 2014, la cotización de FCC se vio afectada por este proceso y por la ampliación de capital que el grupo llevó a cabo a finales de este ejercicio. Precisamente, la ampliación permitió la entrada de un nuevo gran patrimonio en el grupo, Carlos Slim, aunque en este caso con una participación mucho mayor que los anteriores, algo más de un 26%, lo que le convirtió en el primer accionista.
En lo que va de 2015, las acciones de FCC han sufrido un descenso global del 40%, lo que ha incrementado el balance negativo de Gates presenta con su inversión en la compañía.