El magnate mexicano, accionista de control de FCC, ha ejecutado la opción de compra acordada hace dos años con Bankia y BBVA, acreedores de la empresaria, sobre la deuda de ésta asociada a su participación en la constructora. Los impagos de Koplowitz han dado pie a una operación que Slim ha llevado a cabo con una quita del 30%.

El primer accionista de FCC se ha convertido en el avalista último de la cuantiosa deuda que Esther Koplowitz mantiene con Bankia y BBVA. Precisamente, éste fue uno de los acreedores de la compañía con los que más costó negociar la amortización del crédito sindicado, quitas incluidas, a la que se destinó parte de la ampliación de capital que el propio Slim impulsó.

La OPA que lanzará Carlos Slim el porcentaje de FCC que aún no controla pone el cierre definitivo a la era de Esther Koplowitz en el grupo de construcción y servicios. En la próxima junta de accionistas, el multimillonario mexicano podría alcanzar con facilidad más del 50% de los derechos de voto, justamente la situación que tenía la empresaria en 2014. Dos años después, Koplowitz tan sólo contará con un 15%.

El nuevo acuerdo de accionistas de FCC firmado por Carlos Slim y Esther Koplowitz concede un poder omnímodo al empresario mexicano que, quizá sin llegar a controlar el 50% del capital del grupo, tendrá en sus manos todas las decisiones estratégicas fundamentales, incluidas algunas como la de llevar la sede de la compañía al exterior. Mientras, la histórica propietaria queda en un plano tan secundario que tan sólo podrá impedir una hipotética exclusión de Bolsa.

El pacto de accionistas de FCC suscrito entre Carlos Slim y Esther Koplowitz ha sido modificado para permitir que el inversor mexicano supere el 30% del grupo, lo que sucederá tras la ampliación de capital prevista para los próximos días, lo que le obligará a lanzar una OPA por el 100%. El nuevo acuerdo modifica también el consejo de administración, que pasará a tener 15 miembros, 8 de los cuales será elegidos por Slim, lo que le otorga el control de la compañía.

El grupo de construcción y servicios disparó este jueves su cotización entre rumores de nuevas compras de acciones por parte de su principal accionista, Carlos Slim, lo que le acercaría aún más a la obligación de lanzar una OPA tras la ampliación de capital que la compañía pondrá en marcha en breve. El mexicano ultima un acuerdo con Koplowitz para modificar el pacto de accionistas que le impediría superar el 30% del capital.

El empresario mexicano, principal accionista de FCC, no maniobrará para evitar que la próxima ampliación de capital de la compañía le lleve a superar el 30% del capital y, por lo tanto, le obligue a lanzar una OPA sobre el grupo. Está buscando precisamente esta circunstancia aunque, si finalmente se da, le obligará a dar por terminado o modificar su acuerdo de accionistas con Esther Koplowitz.

La entrada de Carlos Slim como primer accionista de la compañía llevó a Esther Koplowitz a simplificar su entramado societario con la fusión de algunas de sus instrumentales por expreso deseo de sus bancos acreedores. La empresaria emprende ahora el camino contrario con el fin de participar en la nueva ampliación de la compañía, para lo cual obtendrá, con toda probabilidad, financiación de otras entidades.

La entidad suiza afloró un 5% del grupo de construcción y servicios poco antes de que se disparara en Bolsa como consecuencia del anuncio de la ampliación de capital. El banco declaró a la CNMV una participación superior al 5% entre acciones en cartera y productos derivados. Horas antes de finalizar 2015, UBS colocó en el mercado casi toda esta participación, una maniobra que le ha reportado plusvalías superiores al 20% sin contar con los derivados.

FCC sorprendió el pasado viernes al mercado con la mayor subida de su historia en una sola sesión, más de un 28%, lo que situó su cotización más de un euro por encima del precio de la ampliación de capital anunciada un día antes. Las compras corrieron a cargo de fondos especuladores, que mantenían posiciones bajistas en la compañía y que se vieron sorprendidos por el hecho de que el éxito de la ampliación esté asegurada por el principal accionista, Carlos Slim, lo que les obligó a cerrar anticipadamente los cortos y adquirir títulos para devolver las acciones que tomaron prestadas en su día.

El consejo de administración de FCC aprobó la ampliación de capital que esperaba el mercado, por una cuantía de 709 millones de euros, que irán destinados a amortizar el tramo B de la deuda, reforzar la estructura financiera de la entidad, apoyar a su filial Cementos Portland y evitar la dilución en Realia. La ampliación, a la que acudirán los dos principales socios de la empresa, Carlos Slim y Esther Koplowitz, está condicionada a que la banca acepte una quita del 15% en el tramo B.

El grupo y servicios ya trabaja en una nueva ampliación de capital, casi un año después de ejecutar la última, por 1.000 millones. El objetivo es volver a dar un tijeretazo a la deuda para lo que FCC solicitará a la banca una nueva quita, para lo que las entidades financieras se muestran receptivas, además de rebajas en los tipos, aspecto que parece que no será tan fácil negociar. La cuantía de la ampliación aun no está fijada pero se aproximará a los 800 millones de euros.

Ya nadie les presta casi nada, porque ya no cuela el truco de mantener la mayoría del poder en sus endeudadas empresas teniendo sólo una parte menor de su capital. Felipe Benjumea y Esther Koplowitz han vivido este año dos historias paralelas con un final similar: la pérdida de control de las firmas que heredaron.

"No entremos en guerra con otros vertederos"; "aquí, por ahora, estamos en pacto de no agresión"; "cedamos Sevilla, no lancemos contraoferta". Mensajes de este tipo se extraen de los miles de emails que compañías como FCC, ACS, Ferrovial y Sacyr se cruzaban para repartirse contratos, clientes y territorios, ofertar precios a la baja y expulsar a posibles competidores, entre otras prácticas ilícitas.