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Poderes absolutos para Slim en FCC: Koplowitz sólo podrá bloquear una exclusión de Bolsa

El nuevo acuerdo de accionistas de FCC firmado por Carlos Slim y Esther Koplowitz concede un poder omnímodo al empresario mexicano que, quizá sin llegar a controlar el 50% del capital del grupo, tendrá en sus manos todas las decisiones estratégicas fundamentales, incluidas algunas como la de llevar la sede de la compañía al exterior. Mientras, la histórica propietaria queda en un plano tan secundario que tan sólo podrá impedir una hipotética exclusión de Bolsa.

  • Carlos Slim ejercerá el control absoluto sobre FCC

La verdadera nueva era de FCC comenzará tras la ampliación de capital de 709 millones que el grupo de construcción y servicios está a punto de poner en marcha, tan sólo pendiente de los últimos trámites burocráticos, y que derivará en una OPA por parte del principal accionista, Carlos Slim. Los cambios surgidos a raíz de la entrada en el capital del empresario mexicano a finales de 2014, que supusieron el fin de la etapa de Esther Koplowitz como primera accionista del grupo, se harán aún más profundos con el nuevo pacto firmado entre los principales socios, que deja absolutamente todo el poder en manos de Slim.

El empresario azteca ha aprovechado la necesidad de modificar el anterior acuerdo para ganar parcelas de poder dentro del grupo que reducen el papel de Esther Koplowitz a un plano prácticamente simbólico. Slim ha forzado la situación para que la ampliación de capital derive en la obligación de lanzar una OPA sobre el grupo por alcanzar más del 30% tras la operación. Esta circunstancia forzaba el cambio del pacto entre accionistas, toda vez que en una de sus cláusulas se contemplaba el compromiso por parte de ambos de no superar el 29,99% del capital.

Pero las modificaciones han ido más allá de modificar este punto. El nuevo acuerdo varía cuestiones esenciales contempladas hasta ahora en los estatutos de la compañía que, en gran parte, se basaban en la circunstancia de que Esther Koplowitz poseía más del 50% del capital desde que en 1998 adquirió a su hermana Alicia su parte en la empresa.

Slim aprovecha la necesidad de modificar el anterior acuerdo para ganar parcelas de poder dentro del grupo que reducen el papel de Koplowitz

El pacto elimina la obligación de obtener el voto favorable de, al menos, el 50% de la junta de accionistas para aprobar cuestiones tan sensibles como el cambio de domicilio social de la empresa al extranjero, la solicitud de concurso de acreedores, la cesión de activos o la implantación de sistemas de remuneración a altos directivos relacionados con el rendimiento de la acción.

Por debajo del 50%

Para todas estas cuestiones bastará obtener una mayoría simple que Slim tendrá prácticamente asegurada aunque quizá la OPA no le dé el control del 50% del capital. Fuentes del mercado estiman que un buen número de inversores no acudirá a la oferta, toda vez que la acción cotizaba en mínimos casi históricos hasta el anuncio de la ampliación de capital, con lo que el precio de la oferta, que rondará los siete euros por título, no compensa las minusvalías latentes que acumulan.

Una situación en la que se encuentra, sin ir más lejos, Bill Gates, que sigue siendo el tercer accionista de la compañía y que entró en 2013 a más de 12 euros.

En estas decisiones estratégicas tan sólo se excluye la de una hipotética exclusión de Bolsa. En este caso, el nuevo pacto contempla que FCC sólo dejaría el parqué con el consenso de los dos principales socios. Por lo tanto, la capacidad de decisión de Koplowitz se reduce a poder vetar una huída del parqué.

En el consejo, Slim tendrá más del 50% de los asientos aunque no alcance tal porcentaje tras la ampliación y la OPA. Al mantener los cuatro puestos de los que disponía anteriormente, Koplowitz tampoco alcanzará los dos tercios que son necesarios para aprobar otro tipo de acuerdos en el consejo, puesto que el nuevo órgano ejecutivo estará compuesto por 15 miembros.

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