El mercado esperaba una reacción al alza de las acciones de FCC el pasado viernes, tras conocerse a última hora del jueves la aprobación por parte de su consejo de administración de una ampliación de capital de 709 millones de euros. Pero la contundencia de la respuesta, que situó los títulos de la compañía más de un euro por encima del precio fijado en la ampliación, descolocó a más de uno. La clave se encuentra, una vez más, en los movimientos de los especuladores, muchos de los cuales se quedaron atrapados en sus posiciones cortas sobre el valor.
La sorpresa no estuvo en la ampliación en sí, que era esperada por el mercado, sino en el hecho de que el éxito de la operación estuviera asegurado de antemano por el magnate mexicano Carlos Slim, el principal accionista del grupo de construcción y servicios, quien se compromete no sólo a ocuparse de la parte que le corresponde sino también a hacer lo propio con aquella que quedara sin cubrir en el caso de una suscripción incompleta.
Los bajistas habían ido vendiendo los títulos prestados con la premisa de que FCC bajaría aún más y comprarlos con posterioridad notablemente más baratos
Fuertemente castigada durante el año, FCC respondió con notables subidas el viernes, que llevaron al valor a situarse ligeramente por encima de los seis euros fijados como precio de la ampliación. Hasta ahí, todo normal. Sin embargo, los avances prosiguieron a lo largo de la sesión, para finalizar en 7,13 euros, cerca de un 19% por encima de la referencia de la ampliación.
Desde hace tiempo, diversos fondos especulativos habían abierto posiciones cortas en el valor, con apuestas a la baja que les estaban saliendo a las mil maravillas. Desde enero, los bajistas habían tomado cerca de un 5% de la empresa, en la mayoría de los casos a través de préstamo de valores.
Los bajistas habían ido vendiendo los títulos prestados con la premisa de que FCC bajaría aún más y comprarlos con posterioridad notablemente más baratos para devolver el préstamo. Desde enero, la acción de la compañía había perdido más de un 52%.
Avalancha compradora
Sin embargo, no contaron con el factor de la ampliación asegurada por Slim. El inversor mexicano acabó de un plumazo con toda especulación sobre el futuro inmediato de la compañía, con lo que llegó el momento de cerrar anticipadamente las posiciones cortas. La avalancha compradora del viernes estuvo protagonizada por bajistas que trataban de adquirir títulos lo más baratos posibles para devolver los préstamos con el mayor beneficio.
Durante la segunda mitad del año, cuando mayor actividad especuladora se ha registrado sobre el valor, FCC ha cotizado durante un tiempo por debajo de siete euros, lo que ha hecho que muchos bajistas no hayan podido comprar títulos a menor precio de lo que vendieron cuando los tomaron prestados.
Muchos de ellos apostaron por una ampliación más pequeña y con riesgo de suscripción incompleta. Cuando han querido cerrar posiciones cortas, no ha habido oferta de acciones suficiente en el mercado para cubrir la demanda de compras. En una palabra, no ha habido mercado para todos.
Durante la segunda mitad del año FCC ha cotizado incluso por debajo de siete euros, provocando que muchos bajistas no hayan podido comprar títulos a menor precio de lo que vendieron
Posible OPA
El hecho de que Slim asegure la suscripción total de la ampliación podría provocar que recaiga en él la obligación de lanzar una OPA sobre FCC en el caso de que tras la operación tuviera más del 30% del capital. En el caso de que se produjera esta circunstancia, el mexicano haría la oferta al mismo precio que la ampliación, seis euros. Por unos 1.000 millones de euros se haría con la mayoría de una empresa que hace un año valía el triple.
Mientras, el hecho de que la suscripción de la ampliación esté asegurada ha hecho que la empresa ahorre una cifra considerable en contratos de aseguramiento con la banca de inversión, que supusieron costes de alrededor de 50 millones de euros en la ampliación de 1.000 millones llevada a cabo hace un año.
De hecho, la compañía ni siquiera llevará a cabo el tradicional road-show para vender la operación en los mercados internacionales.