Era un secreto a voces, que este lunes se ha cristalizado. El juez Andrés Sánchez Magro, del juzgado mercantil número 2 de Madrid, ha rechazado suspender de forma cautelar la actividad de Blablacar, compañía de coche compartido que lleva instalada en España desde enero de 2010. El juez, a quien no le tembló la mano a suspender la actividad de Uber el 30 de diciembre de 2014 a petición de los taxistas, ha entendido sin embargo que no procedían medidas cautelares en este caso al llevar Blablacar un periodo muy elevado de tiempo con su actividad en España sin que los afectados por su presunta competencia desleal (en este caso la Confederación Española de Transporte en Autobús) reclamaran medidas.
Aunque no se han dictado cautelares, el juez precisa que no está "prejuzgando sobre el fondo del asunto", lo cual queda para más adelante, sino que simplemente no concurren las circunstancias necesarias para suspender una actividad que tiene, según datos de la propia empresa francesa, 2,5 millones de usuarios en España, aunque es imposible saber su impacto real en el transporte interurbano dado que la empresa no está obligada a facilitar el número de viajes que intermedia. Las empresas de autobuses, por su parte, calculan el lucro cesante causado por Blablacar en un 20% de sus ingresos.
Es decir la presunta competencia desleal en la que estaría incurriendo la multinacional francesa será juzgada más adelante. El juez escuchó la versión de Blablacar el pasado mes de octubre y ha tardado 3 meses en comunicar su decisión, aunque las fuentes jurídicas consultadas ya daban por hecho que no habría una medida cautelar como en el caso de Uber al tratarse de una empresa con un modelo de negocio con bastantes diferencias y que había entrado en España de un modo mucho más amable a la californiana.
La empresa se muestra feliz
Por su parte, Blablacar se ha tomado muy satisfecha en un comunicado enviado este lunes: "Somos una nueva forma de viajar más asequible, más social y más sostenible, basada en compartir coche y compartir gastos entre usuarios privados sin ánimo de lucro. Este ha sido el primer paso de un proceso que afrontamos con la convicción y confianza de poder seguir explicando lo que somos y lo que no somos ante el juez. BlaBlaCar responde a una nueva mentalidad más social, más tecnológica y más sostenible, que ya es una realidad en España, no solo en nuestro ámbito sino en el de tantos otros que conforman y definen una economía más colaborativa".