"Los que quieran salir ahora al mercado van a tener que rascarse el bolsillo". Como explica un banquero de inversión, hay gran preocupación en el sector financiero por los efectos secundarios del rescate y venta de Banco Popular, que ocasionó pérdidas millonarias a grandes inversores en acciones y deuda de la entidad.
El efecto más visible fue el ataque especulativo sufrido la semana pasada por Liberbank, debido a las posiciones bajistas y al temor de pequeños inversores. Esta caída se corrigió en gran parte este lunes, tras la prohibición de las posiciones cortas por parte de la CNMV.
Pero los efectos negativos para el sector financiero han ido mucho más allá, y pueden bloquear, o al menos encarecer, el acceso de los grupos medianos al mercado. Algo clave para Unicaja Banco en estos momentos, con una salida a bolsa en marcha, y a medio plazo para todas las entidades españolas, que en los próximos años van a tener que hacer emisiones por entre 20.000 y 80.000 millones para cumplir una normativa europea (Mrel), según un informe de ello.
Reflejo de los nervios que hay en el mercado es que la deuda subordinada (con más riesgo) de tres grupos de cajas medianas sufrió pérdidas cercanas al 10% la semana pasada, que corrigieron en parte este lunes. Son la propia Liberbank, Cajamar e Ibercaja.
Informe clave de JP
"Creemos que podría haber algo de esencia con bancos como Liberbank que potencialmente podrían tener que reforzar su balance más allá. Al contrario, creemos que Cajamar y, en particular, Ibercaja son entidades más sólidas con las que el mercado podría estar sobrereaccionando”, expone JPMorgan en un informe al que ha tenido acceso este medio.
En el mismo hace cálculos de lo que le podría suponer a los tres grupos elevar sus coberturas hasta un nivel seguro: 413 puntos de capital a Liberbank, 127 Cajamar y 166 Ibercaja. Por ello, estima que la situación de la primera puede ser volátil (faltarían hasta 630 millones en provisiones), aunque confía en que cubran la situación su núcleo fuerte de accionistas.
Un espiral de desconfianza en los mercados de deuda podría desestabilizar al sector financiero español, que tiene que emitir entre 20.000 y 80.000 millones en los próximos años
Respecto a Ibercaja y Cajamar confía sobradamente su situación aunque apunta que "no cotizan en bolsa y levantar capital, si lo necesitaran, podría ser particularmente desafiante".
En esta situación está Unicaja, aunque su exposición a activos inmobiliarios es menor. Pero está en proceso justamente de levantar capital en bolsa, lo que según fuentes próximas a la operación puede verse penalizado en precio por la caída de Banco Popular.
Desde las entidades señaladas llaman a la calma ya que "el efecto Popular está injustificado y una vez calmado el ambiente la cotización de los bonos volverá a su posición natural". Destacan además que, como reconoce JPMorgan, sus niveles de capital y liquidez son elevados para cualquier situación que pudiera darse.
Las distintas fuentes consultadas coinciden en señalar a Banco Sabadell como ganador de esta situación, ya que consiguió emitir deuda subordinada (CoCos) poco antes del rescate de Popular a uno de los precios más bajos del sector.