Un grupo de antiguos empleados de banca y empresarios catalanes están ultimando el lanzamiento de una campaña de captación de fondos a través de internet (por medio de la plataforma Verkami, o similar) para abrir una nueva caja de ahorros abiertamente independentista en Cataluña en la primera mitad de 2018. Y es que los impulsores de este proyecto cooperativo esperan poder tener abierta su entidad, Caixa Catalana, en unos 18 meses.
"Nosotros hemos surgido desde abajo del todo. Somos extrabajadores, prejubilados, gente de la empresa, profesores... no tenemos ninguna dependencia de partidos políticos", explica Joan Olivé, presidente de la Asociación por la Nueva Caixa Catalana, organización cuyo único objetivo es fundar dicha cooperativa de crédito. "Nos alimentamos con la energía del independentismo y, literalmente, vivimos en internet", añade.
El embrión del proyecto, con apenas año de andadura, todavía debe afrontar algunas dificultades, como son los estudios de viabilidad, la captación de capital inicial y la obtención de una licencia para operar en un mercado regulado. Pese a las complicaciones, el boicot a la banca tradicional alentado por sectores independentistas a raíz de la carta conjunta de AEB y CECA contra la independencia de Cataluña ha revitalizado el proyecto. "Tenemos un 50% de la población catalana como target nuestro", opina Olivé.
El objetivo de esta nueva caja de ahorros vendría a rescatar, en parte, el espíritu de las antiguas cajas de ahorro y cooperativas de crédito, en el sentido de conceder créditos a sectores con menor acceso al mismo, pequeñas empresas, etc. "Mientras el paro en Cataluña sea superior al 8%, especial y casi total dedicación a financiar el trabajo", anticipan.
La licencia bancaria, ¿subcontratada?
Tras el proyecto, además de antiguos empleados de bancos y cajas de ahorros catalanas (todas absorbidas o convertidas en bancos privados), hay empresarios simpatizantes con el independentismo. Entre ellos, por ejemplo, dueños de compañías informáticas que prestan servicios a la banca tradicional.
En cuestión de semanas los promotores de Caixa Catalana planean iniciar la campaña de captación de fondos vía internet para juntar unos primeros 30.000 euros con los que elaborar los primeros "estudios de viabilidad económica y viabilidad jurídica".
La gran dificultad, tal y como reconocen, será conseguir que el Banco Central Europeo les conceda una licencia bancaria con la que operar en el mercado y poder acceder a la liquidez del BCE. Aún así, sus impulsores explican que están buscando alternativas, como sería llegar a una alianza "con alguna cooperativa de crédito o raiffeisen banks [entidades cooperativas de origen alemán] ya existentes".
4,5 millones de capital inicial
El plan de inicial de los promotores de esta caja independentista es lograr unos 45.000 socios que aporten 100 euros cada uno. Es decir, dar los primeros pasos con un capital inicial de 4,5 millones de euros, que estaría gestionado por personas ajenas a los promotores básicos del proyecto. Dicho capital "estará depositado en la Laboral Kutxa, con una administración mancomunada de 5-7 personas independientes, que serán responsables de que ese capital vaya exclusivamente destinado a la cooperativa", explica Olivé, quien explica que además se pedirá un dinero extra "a fondo perdido" para administrar adecuadamente el capital.
Pese a su abierto independentismo, los impulsores de Caixa Catalana no quieren limitar su proyecto solo a Cataluña. "En España debería promoverse una nueva cooperativa de crédito popular, que bastante necesidad hay", opina Olivé, quien se muestra a favor de trabajar en favor de iniciativas similares a nivel internacional.